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11 octubre 2007

La noche de la separación es la más triste en la finca

Conocer las distintas labores que se desarrollan en el campo es privilegio de unos pocos. Por eso me siento privilegiada de haber asistido al destete en la finca de Víctor y Marín, aunque sea la más triste es magnífico poder ver al toro desde pequeño.
Noche dura la que les aguarda al mayoral y los vaqueros tras el destete, y no sólo ese día sino en los posteriores.
José Luis Marín y Felipe Lasanta siguen con el ritmo de la ganadería a pesar de que el patriarca, Alberto Marín, ya no esté presente.

Cuando el becerro alcanza la edad de siete u ocho meses es cuando es separado de la ubre de su madre. Y no sólo de la ubre sino de la figura materna. Los becerros se deben acostumbrar a comer solos y valerse por ellos mismos. Estas labores de campo se suelen realizar en dos veces. Primero se separan a las crías con dicha edad y posteriormente a los becerros que se han mantenido en la primera separación.
Para presenciar esta labor dentro de una finca nos desplazamos hasta la localidad de Fernán Caballero, concretamente a Pinos Bajos. Es la primera actividad que realizan en la finca sin la presencia del patriarca. Alberto Marín faltaba pero en el recuerdo de los allí presente estaba. Incluso se hizo referencia a la persona del Aunque es muy temprano para aventurar que becerro puede convertirse en semental, en la imagen número 4 aparece un becerrito que con el paso de los años y tras pasar el examen pertinente se puede convertir en el nuevo semental de la ganadería de Víctor y Marín.gran ganadero en varias ocasiones. Y es que es inevitable no recordar a este entrañable hombre.
Aunque el cielo amenazaba lluvia a primeras horas de la mañana, al final se quedó un día veraniego en el que el sol se hizo patente, pero aún así la labor continuó haciendo caso sordo a la temperatura, lo que importaba era como las vacas iban pasando de corral en corral.

El desahíjo
Acompañando a las vacas y sus crías en esta labor se encuentran los cabestros, en este caso cabestras. Hacen una labor primordial, al acompañar al ganado para que tengan confianza a la hora de cambiar de un corral a otro. Las puertas se van moviendo para que pasen por las distintas corraletas hasta llegar a la manga para tener acceso al campo. Las vacas son las que salen a la dehesa y las crías acceden a otro corral. Los primeros bramidos se empiezan a escuchar, pero no serán los únicos, durante cuatro días las crías llaman a sus madres porque se sienten solas. Por eso tienen que estar en corrales separados a mucha distancia para que se acostumbren. Muchas vacas en desesperación han saltado las tapias y han acudido a la llamada de su becerro. Lo noche de la separación es la más triste.
Una vez que terminó la separción de las crías se pasó a llevar a las madres al cercado de abajo de la finca. Con la voz el mayoral, Ignacio Sánchez, atrajo la atención de la manada, pero siempre queda algún becerro despistado que hizo correr a los ganaderos para capturarlo, en este caso se trató de una becerrita que tuvieron que subir con el coche. Posteriormente se baja a otro corral más cerca de la plaza de tientas a los becerros.
Lo más bonito de esta labor fue poder participar en ella, moviendo las puertas y viendo como iban pasando tanto crías como vacas. A la vez que se iba comprobando el crotal para anotarlo en el libro de la ganadería. Recordar aquel animal que participó en la tienta hace dos años y tan buen juego dio, por eso ahora esta siendo madre, sino hubiera servido no estaría hoy día allí.

Buscando la continuidad de la ganadería

Aunque es muy temprano para aventurar que becerro puede convertirse en semental, en la imagen número 4 aparece un becerrito que con el paso de los años y tras pasar el examen pertinente se puede convertir en el nuevo semental de la ganadería de Víctor y Marín.