Es característico en el albero de Ciudad Real ver a Zapatones. Quien no hayan asistido a ninguna corrida en la capital de La Mancha se preguntará quién es; pues no es otro que el camión que riega el coso.
El coso de Ciudad Real tiene una identidad propia, como suelen tener todas las plazas de toros. Pero lo que realmente hace especial a esta plaza, aparte de su bella arquitectura es el camión que riega cada tarde el albero. Zapatones es muy conocido entre los aficionados manchegos.
Fue allá por el año 1927 cuando se creó este fantástico camión, único en España por seguir manteniendo las piezas originales. Hoy día los coches se arrancan con una llave a través del contacto pero Zapatones se arranca como lo hacían los coches antiguos, con manivela. Porque no debemos olvidar que es un vehículo que pertenece al siglo pasado. Acaba de cumplir sus ochenta años. Y se preguntarán cómo es posible que este camión de riego se conserve en tan buenas condiciones. Esto es posible gracias al trabajo de Mónico Casero y su equipo. Este año le ha tocado acompañarlo a Luis Rodríguez, aunque según nos decía el propio Mónico que quien lo hace con frecuencia es Marcelino, el encargado del taller.
Rondaba el año 1983 cuando Zapatones entró en el taller del Ayuntamiento para que los mecánicos lo acicalaran. También tomaron parte de la restauración los pintores, fontaneros y carpinteros. Cuatro años tardó en salir de esa dependencias. Claro está, salió como nuevo. Ya no era el mismo, aunque su sello de identidad nunca lo ha perdido. En agosto de 1987 volvió ha realizar sus funciones. Regó de nuevo el albero del coso capitalino, a la muerte del tercer toro.
Siempre que el director de lidia lo permite sale en cada corrida. Este año, por ejemplo, no ha salido todas las tardes. Está claro que el día de los rejones que los caballeros no quieran que el ruedo esté mojado, puesto que sus caballos lo pueden acusar y ser peligroso para el desarrollo de la lidia. Tampoco lo quieren los toreros banderilleros, pero el resto deja que los aficionados recreen su vista durante la merienda con la presencia del histórico Zapatones.
Este año, sin ir más lejos, se echó de menos su presencia el día de la corrida de la Beneficencia. Aunque volvió a reaparecer durante la Feria. Y es que si los ciudadrealeños no vemos a Zapatones en el ecuador de las corridas es como si nos faltara algo.
Restauración
Las ruedas traseras son originales, macizas. Sin embargo, las delanteras no lo son. Al restaurarlas hubo unas más estrechas, pero por circunstancias se pusieron las más anchas, que hacen que repercutan en la dirección al ir más dura. De lo que se jacta Mónico Casero es que el motor es original. Un motor de cuatro cilindros de gasolina. Con dos pistones de 110mm de diámetro. Gasta mucha gasolina pero merece la pena sacarlo, puesto que sólo sale una vez al año. Una vez terminada la feria volvió a los talleres del Ayuntamiento donde aguarda debajo de una manta hasta que llegue el año 2008 donde volverá a lucir espléndido en la Feria en Honor a la Virgen del Prado. Es testigo de la llegada de los toreros al patio de cuadrillas y de lo que allí se dice. Un testigo mudo que guarda celosamente su historia.
Zapatones luce espléndido todas las temporadas, tiene el privilegio de dar la vuelta al ruedo todas las tardes que los directores de lidia se lo permiten.
Cuatro años en el taller para ser restaurado merecieron la pena. En el año 1987 volvió a aparecer nuevo y resplandeciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario