Torbellinos “del levante” gaditanos,
borbotones de gracia sin iguales,
su toreo es una caja de caudales
al servicio de la magia de sus manos.
Del salero de sus lances soberanos,
con sabor a pintoresca chirigota,
serio, seguro, su barroco estilo brota
en sabio estar y hacer de veteranos.
Marco ideal para los sueños de luna,
central corazón del campo bravo,
la milenaria Medina fue su cuna.
Pena da que la afición (¡injustos tratos!)
privada esté de su toreo. Huérfana queda
por cruel e inmerecida falta de contratos
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