Cuando el sentimiento fluye del alma, confluye en arte. Las palabras muchas veces llegan a los oídos como notas musicales, una armonía celestial al crear ese conjunto de sentimientos. Esa música celestial fue la que creó Balbino Bejarano en la entrega de premios de Almadén para recordar a tres grandes amigos. En primer lugar Paco Alcalde, luego Lucilo Villar, y por último Teodoro Muñoz.
El historiador y crítico francés Hippolyte Taine dijo: "No es con una idea como se levanta a un hombre, sino con un sentimiento".
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