01 noviembre 2007

Carta en respuesta de las entrevistas de la semana pasada sobre la Escuela Taurina

Estimada amiga Raquel.Sí, volverá la calma a la Escuela Taurina

Nadie en Ciudad Real había tenido el valor y los reaños para hacer la Escuela de Tauromaquia, y cuando está hecha gracias a Angelín, Moreno Alcázar, El Niño del Tentadero, y la anterior junta directiva, ahora los “empresariejos” vuelan sobre ella engañando a los pobres niños que por torear un becerro, estando avisados el padre y el hijo por teléfono (soy testigo) y por escrito, pierden estar en la escuela.
¿Por qué personas que, habiéndose reunido con nosotros, y estando siempre a su disposición para colaborar con ellos, no se dignan a llamarnos para mandarles a los futuros toreros? Está claro que el único fin es el puñetero dinero, porque sólo torean en sus pueblos. ¿Será por pedirle más dinero a los ayuntamientos? ¿O quizás a los padres? Empresariejos, apoderadillos, mozos de espadas y algún chufla más, que entre ellos no se pueden ni ver, son los que intentan cargarse la escuela.
Dicho esto, querida amiga, estoy muy apenado por los chavales, tanto por Diego como por “El Parri” pero había de una vez por todas que tomar decisiones que la nueva junta directiva ha tomado. De lo dicho en El Día de Ciudad Real por los chavales, creo que están influenciados por alguien con mucho rencor a la escuela. Y si no fuera así, me daría mucha pena por los niños.
El amigo “Parri” tiene buen corazón, pero en mi humilde opinión, después de los problemas creados por ser menor de 14 años hasta hace uno o dos meses y no poder torear según la ley vigente, debería recapacitar y ser más humilde y respetuoso con las personas que le han aguantado sus impertinencias durante tres años.
El amigo Diego es un gran niño. Era y será uno de los niños preferidos por todos. ¿Cuánto hay que hacer más? ¿Cuántas has toreado con la escuela? ¿Y con vuestros amigos solo en tu pueblo o en el de al lado, habiendo estado en las condiciones que todos sabemos después del puntazo del año pasado?
Basta ya de pedir a padres, empresariejos, apoderadillos, representantes y amiguitos, que para poder torear los niños deben solicitarlo a la junta directiva de la Escuela. Quizás si esto lo hubieramos hecho antes nos hubiéramos quitado muchos problemas que “Calatraveño”, “Angelín” y “Moreno” no saben. Que miren su historial como profesionales y comparen. Fundamos la Escuela y nos costó mucho los primeros años, bien lo sabes, y ahora que empiezan a coger los frutos del trabajo realizado, aparecen los citados personajillos a aprovecharse.
Como sabes, yo me marché de la Escuela por no tener tiempo para atenderla. También porque me di cuenta que lo único sano de la fiesta es el toro. Pero si a mis compañeros les hiciera falta seguiría ayudando.
Se puede y se debe mejorar, sí, pero con el apoyo de todos por los chavales. Empresa, ganaderos, profesionales, peñas, prensa y aficionados; entre todos hay que apoyar a la escuela sin envidias ni rencores, haciendo cumplir los estatutos vigentes. Apoyemos a la nueva junta directiva y profesorado.

Firmado: Aurelio Borja, ex-vicepresidente de la Escuela Taurina de Ciudad Real

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