Torero que recuerda a los diestros de antes, ni más ni menos que Antonio Bienvenida, así es Juan Bautista. Un hombre que se ha hecho así mismo, pasando duras pruebas hasta llegar al sitio que ocupa ahora mismo. Una temporada buena que le asegura el futuro para el 2008.
Aunque la temporada española ha terminado los toreros no guardan sus trajes hasta el año que viene. Ahora comienza la americana, Juan Bautista está contratado en Quito, Calí y Medellín. Estas tardes son para no perder el contacto con el público como nos decía el torero francés puesto que volver a reencontrarse con él cuesta bastante. Temporada importante la que ha cuajado con el colofón de la puerta grande de Las Ventas. Seguro que el año que viene los empresarios no olvidan incluir en sus carteles a Juan Bautista. Sinceridad en sus palabras fue lo que hubo en las respuestas para El Día Taurino.
—Lo primero, mi enhorabuena por la temporada que ha realizado, ¿esperaba que fuera así?
—Gracias. Siempre cuando empieza la temporada hay que ser ambicioso y hay que soñar un poquito también. Quizás este año he cumplido algunos de mis sueños, no todos. Estaba preparado para que saliera la cosa así.
—¿Cuáles se han quedado en el tintero?
—Uno sueña con triunfar todos los días. La verdad es que soñaba con triunfar en Madrid y este año lo he hecho. También soñaba en volver a triunfar en ferias importantes. Al ver como se presentaba el principio de temporada no era fácil. Tenía la oportunidad de volver a entrar en San Isidro, y ese día me jugaba mucho. Creo que fue ese día con la corrida de Arauz de Robles que empezó realmente todo. De ahí salió la sustitución de Las Ventas. Y ahí se encaminó mi carrera.
—¿Cuáles cree que han sido los mimbres para este éxito?
—El trabajar, estar muy preparado, muy mentalizado para que cuando tuviera la oportunidad de que un toro me ayudara, estar a la altura, demostrar mis ganas, mi concepto y mi afición.Sobre todo eso, estar muy mentalizado para que cuando un toro me lo permitiera poder realizar todas esas cosas.
—La traca final fue el 6 de octubre en Las Ventas donde abrió la Puerta Grande, ¿cómo fue ese día?
—Primero fue un día que no era fácil. Había hecho una temporada buena pero todavía me faltaba un triunfo rotundo, en un sitio importante. Esa tarde en Madrid era clave para reconsiderarla temporada y dejar las cosas bien para el año siguiente. Aquel día no empezó bien del todo para mí, porque el primer toro no me sirvió. Luego los compañeros que estaban dando una tarde de toros muy buena. Luego Perera hizo una buena faena. Había que tener paciencia y creer en la posibilidad del último toro. No era fácil, la espera hasta el quinto toro era dura pero luego para vivir el momento, valía la pena todo lo duro que fue. Luego di mi esfuerzo y poquito a poco me he hecho con él. Lo fui cuajando y toreando muy a gusto. Disfrutando. Luego, la respuesta del público y de los profesionales al terminar la corrida, de todo en general. La verdad es que fue una faena muy bonita.
—¿Puede decirse que esa tarde le ha cambiado la vida profesionalmente hablando?
—Digamos que sí. Ya mi temporada cambió mucho. Estuve retirado, luego reaparecí, el primer año fue duro porque casi no pisaba la frontera. Estaba toreando en mi país, en Francia, pero no aquí en España. Este año he toreado unas treinta corridas de toros en España y en Francia. Luego ese triunfo en Madrid más. Todavía es pronto para ver la repercusión en contratos. Mi imagen también como torero me va a ayudar mucho, porque te da mucha confianza y mucha seguridad en un futuro.
—¿Qué siente un torero cuando atraviesa la puerta grande de la primera plaza del mundo?
—Es algo increíble. Porque es algo muy deseado y complicado de conseguir. Yo lo había conseguido de novillero, pero no tiene nada que ver. Dos orejas a un toro, ya de matador de toros, en un momento que lo necesitaba. Además que te coge ya maduro como profesional y torero. La verdad es que ha sido
un momento de gran felicidad. Fue un momento difícil. La gente que más me ha apoyado me ha ayudado para volver a creer en mi.
—Este año lo ha apoderado Santiago López, ¿qué ha aportado a su nueva etapa?
—Hemos trabajado mucho juntos.La posibilidad de mejora y seguir mejorando muchos aspectos en mi forma de torear. Mentalizarme para una corrida, su apoyo ha sido importante.
—Como ha comentado anteriormente se retiró de los ruedos en el 2003. Tan sólo un festival en el 2004. Vuelve en el 2005, ¿por qué este parón en su carrera, no se encontraba motivado?
—No estaba disfrutando como yo quería y no me veía una capacidad de estar a la altura de lo que quería. La verdad es que fue una decisión dura la de parar junto con la de volver también. Cuando paré fue un momento difícil porque en un principio pensaba en no volver. Luego a partir de un festival que toreé en mi tierra. La circunstancia de entonces cambio. Los matadores de toros que me han invitado a su casa. Eso influiría para prepararme y hacer la reaparición del 2005.
—¿Durante esa época, como me está contando el contacto compañeros es lo que hizo que siguiera en el mundo del toro, o quizás lo abandonó un poco?
—No. En los dos años que estuve apartado. Un año corté totalmente con todo lo relacionado con el mundo del toro. Estuve en París trabajando en otras cosas. Luego a partir del festival donde participaron grandes figuras como Manzanares, Espartaco, Ojeda, Manuel Benítez “El Cordobés”, Emilio Muñoz. A partir de ese día me invitaron a casa a tentar, a entrenarme allí con ellos. Me volví a preparar para esto.
—Algo que puede chocar a un aficionado es como usted ha decidido hacese matador de toros habiendo sido su padre rejoneador, ¿un torero nace o se hace?
—No, no un torero nace. Primero hay que tener vocación y ser apasionado de esto. Es lo primero y lo más importante. Es lo más importante para tí y lo que más deseas. Hay muchos días de gran esfuerzo y preparación y hay que estar enamorado de esta profesión. La verdad es que siempre tenía toro en casa y caballos, siempre me tiró mucho el toreo a pie que a caballo. Así ha sido y así lo decidí desde chico.
—Algunos aficionados curtidos en años han llegado a comentar que comparaban su toreo con el que realizó Antonio Bienvenida en su época, ¿ha llegado a ver algún video sobre el maestro?
—Sí lo he visto. Me encanta ver videos de toreos antiguos. Los miro mucho. Bueno que te digan eso es muy bonito, la verdad es que Antonio Bienvenida es una referencia para todos. Te puedo confirmar que siempre me ha gustado su toreo. Ahora de que si me parezco o no, es difícil decirlo.
—¿Nunca se lo habían dicho?
—Sí, sí. El maestro Antoñete me dijo que le recordaba mucho en mi forma de torear. Es muy bonito que te digan eso.
—Para usted, como el resto de los toreros, es muy importante estar rodeados de gente de confianza, ¿qué cualidades tiene que tener su cuadrilla?
—Es muy importante tener a tu lado, primero que sean profesionales y buenos es lo que tiene que tener la gente que trabaja contigo. Y luego los banderilleros que sepan manejar el capote como te gusta para que tú puedas ver el toro. Luego las banderillas que lo hagan a su estilo, pero el capote es muy importante. Los picadores igual, que sean buenos profesionales, que sepan escuchar y medir el toro cuando yo digo. Tengo mi mozo de espadas que se encarga del traje de luces. Luego es bonito y también es importante ser amigos y tener confianza con todos. Luego pasas muchas horas con tu gente y es bonito esa vida de cuadrilla y torero en el viaje. Primero que sea buen profesional y luego que haya buena relación.
—¿Cuándo reapareció volvieron con usted los miembros de su antigua cuadrilla o tuvo que cambiarla?
—Cuando reaparecí, algunos de los que estaban colocados antes conmigo ya habían encontrado otra colocación con otro torero entonces tuve que cambiar algunos, no todos porque los picadores eran los mismos. El mozo de espadas igual. Los banderilleros actuales, uno empezó conmigo en la reaparición. El otro, Cristian Romero, estaba conmigo antes. El tercero que va a empezar conmigo a partir del año que viene, estaba conmigo antes.
—Vaya, la cuadrilla al completo.
—Hemos reconstruido la cuadrilla que tenía antes de mi retirada.
—Otra de las cosas de las que se habla mucho es de las supersticiones que tienen los toreros, ¿usted tiene alguna?
—No muchas, no.
—Quizás la de no poner la montera encima de la cama.
—No me atrevo mucho . Luego algunas que algún día he hecho pero son más bien manías. No entro en un sitio sin tocar madera, pero muy poquitas.
—Tenemos entendido que sus preferencias antes de ir a la plaza es escuchar música, a Camarón, Niña Pastori y Remedios Amaya, ¿tanto le relaja?
—Sí, es bonito escuchar música. Depende los momentos, por ejemplo nosotros hemos pasado toda la temporada con una misma canción. Como los trayectos son cortitos siempre escuchando la primera canción.
—¿Usted al ser un torero francés cree que ha tenido la misma acogida en España como en su tierra?
—Ha sido difícil. Tampoco cuando me fui estaba toreando en España, no había tenido un triunfo importante. La mejor temporada que yo había hecho había sido la primera. La segunda y la tercera era normal. Cundo me fui el ambiente en España no era muy alto, había muchos toreros. En cambio en Francia volví muy fuerte, en seguida estuve en los carteles en figura, en todas la ferias importantes. El trato de Francia fue diferente. En España hubo que conseguirlo otra vez. El año pasado toreé en Vitoria una corrida que tuvo mucha repercusión. Esa corrida me posibilitó entrar en sitios privilegiados. Ese día estaba en la plaza la empresa de Madrid. Aún no se ha conseguido nada, pero lo que hemos conseguido este año, ha tardado.
—¿Qué diferencia hay entre Francia y España en cuanto a ganaderías y público?
—En ganadería mucha, en Francia el nivel ganadero es muy nuevo. La mayoría que tienen ganadería tiene 10 ó 15 años. Hacer una ganadería tarda muchos años. Confió que en el futuro tener buenas. Se empiezan a ver así. En el aspecto público, igual que en España, Francia es muy diferente de una plaza a otra. Hay plazas más toristas otras más toreristas. Creo que no se puede. Las capitales por ejemplo Sevilla es torerista. Pamplona y Madrid más torista. Nîmes y Arlés son dos ciudades muy cercanas. Nîmes es muy torerista y Arlés lo contrario.
—Nîmes es a Francia la catedral del toreo como Las Ventas a España.
—Sí, Nîmes es una plaza francesa más conocida de cara al mundo del toro, es la referencia. Hay grandes ferias como Dax, Arlés, Bayona pero es la que más suena.
—La Mancha es una región muy taurina donde existe un gran número de plazas y festejos, ¿cuándo lo veremos por estos lares?
—Claro Ciudad Real es La Mancha. No lo sé. Creo que algunos festejos he toreado por allí este año. En Torrijos indulté un toro de Alcurrucén. También toreé en Sonseca, Iniesta, Albacete, en esta última no estuve bien, no me salían las cosas. Espero volver.
Bien Raquel, muy bien. Como alguien ha dicho por ahí "va ganando, como el buen vino, con el paso del tiempo" .Magnifica entrevista y agrada saber que solo es la primera parte. Esperemos que la segunda sea aun mejor.
ResponderEliminarUn aficionado que te aprecia.