22 marzo 2008

“El misterio está en tener media tienta hecha”

El secreto de que una ganadería mantenga la casta está en la selección. El ganadero debe saber lo que quiere, las cualidades que deben tener sus ejemplares a la hora de salir al ruedo. Es algo que Fernando Cuadri sabe y aprendió de su padre. Tal vez por esa razón las figuras no llegan a lidiar estos astados.

Sin lugar a dudas Fernando Cuadri es un romántico del toro. Ama a este animal y lo expresa sin ningún temor. Conoce a la perfección los entresijos de una ganadería, porque lo ha mamado desde que era un crío. Su padre, Celestino Cuadri fue el fundador del hierro que hoy día se lidia a nombre de Herederos de Celestino Cuadri. Unos toros que siguen manteniendo su bravura. Puesto que este es su deseo, criar el toro que le gusta.

—El nombre de su ganadería es sinónimo de casta brava. ¿Cómo se consigue hoy día mantener esa casta?
—No es fácil porque depende mucho de la suerte. Pero se intenta conseguir mediante la selección, teniendo un criterio fijo y constante. Criterio en cuanto a los tentaderos, dobre todo de hembra. Lo fundamental es saber a cada becerra lo que le tienes que exigir. Porque el misterio de la tienta no es que te tome siete puyazos y después te embista bien. Un aficionado, tú que eres buena aficionada, te sientas y haces la tienta perfectamente. El misterio está en que cuando salga la becerra a tentar, salga con media tienta hecha. Que tú sepas sí esta familia va a mejor o peor. Sí esta familia peca de genio. Sí, peca de noble, de poca fuerza. Cuando salga, ya sabes a la altura que le vas a poner el listón. Si es añoja, pues sabes ya que no le puedes permitir ni un berreito. Si es de una familia demasiado noblona, demasiado tontona, sabes que antes de que te rechinen los dientes para dejarla. Lo que dura la vaca te hace rechinar los dientes, en otra la dejas. Tener unos criterios fijos y constantes, equivocados o acertados, pero los tuyos. Y mantenerlos durante tu vida ganadera.
—¿La reata es muy importante?
—La reata es básica, es fundamental. Nosotros no tentamos sementales. Los echamos por reata.
—¿Es curioso ese modo de elegir semental?
—Esperamos las hechuras, después lo echamos por familia. Dos años con veinticinco vacas. Después lo apartamos para ver resultados. Claro la misión de un semental son los hijos. La mejor prueba es probar los hijos. Seleccionas las hembras con un criterio, las dejas con determinada condición, con temperamento. Si tú haces lo mismo con los machos, estas dejando los mismo caracteres, que te están chocando. Entonces al carácter fuerte le puede ir un toro más suavito. Que ya lo hemos comprobado y en realidad ha sido así. Nuestro probar los sementales es muy lento, porque tú tienes que echar el toro con cuatro años, para verle las hechuras, dos años con las vacas. Ahora aparcarlo y ver los resultados. Cuando tú ves los resultados definitivos tienes dos caminos; o tienes semental definitivo o matadero.
—¿Cuántos sementales tiene ahora mismo en la ganadería?
—Ahora mismo hay siete. Tres definitivos y cuatro en pruebas.
—¿Y hembras?
—Hembras hay ciento cincuenta.
—¿Cómo se hacen los lotes?
—Normalmente hacemos lotes de cincuenta o cincuenta y cinco. Siempre hay ocho o diez, que son las que le decimos las gorronas. Son las machorras. Son vacas que no se quedan preñadas por cualquier circunstancia. Normalmente cuando tú en la tienta a la vaca le zumbas mucho, después tienes la posibilidad de no quedarse preñadas. En las tientas las vacas que están en celo te hacen cosas raras. Lo importante es cuando tú vas a tentar debes saber sí están en celo. Nosotros no las tentamos si están en celo.
—¿Y cuando está preñada?
—También te hacen cosas raras. Y si está pariá no la metas. El instinto de supervivencia te lo pone de manifiesto. Es muy curioso, pero es ley natural.
—¿Cuál sería el momento idóneo para realizar la tienta?
—En primavera, con dos años y medio. Hay muchas veces que algunas te das cuenta que están en celo cuando están dentro. O te lo ha dicho el vaquero. “Quillo esta que ha salido te hace cosas raras”. Nosotros empezamos a tentar a finales de marzo, que ya haya pasado media primavera, que las vacas estén gorditas, que hayan comido hierba.
—¿Porque la paridera cuándo la tienen ustedes?
—La paridera empieza a finales de septiembre y termina en abril. Para que todos los animalillos mamen con las madres de leche. Ahí te aparece lo de los toros con cuatro años y cinco hierbas y los toros con cuatro años y cuatro hierbas. Esto es curioso, y también influye mucho en los animales. Porque la parición es de septiembre a abril, el macho que te nace en septiembre-octubre, ahora tiene tres meses, y está comiendo hierba y mamando leche de una vaca que también está comiendo hierba. En el que nace en abril la rumia la empieza a los 30 ó 35 días, antes no te come nada. El que te nace en abril cuando quiere empezar a comer hierba se ha secado el campo y no la ha probado. Tiene la misma edad cuando tenga cuatro años, pero una hierba menos. Eso lo acusa. Tu vas allí a las camadas de erales y añojos y estas viendo el que tiene una hierba más. Y a la hora de la lidia en la fuerza lo nota.
—¿Para esta temporada que camada tiene preparada?
—Seis corridas de toros.
—¿Dónde lidiará?
— En Madrid, Sevilla, Huesca, Valverde y dos con poquita cara para Francisco Romero. Si te van las cosas bien tienes o Sevilla, o Madrid, o Valencia, Zaragoza. Lo que pasa es que no se puede ir a todas. Pero sino te van las cosas bien no te quieren en ningún lado.
—¿Qué opina del toro comercial que tanto se está lidiando en toda la geografía española?
—El toro es el único animal que con libro genealógico no tiene un modelo. Te metes a ganadero y nadie te dice, como en el caballo español, este es el toro que tú debes criar. Tu crías el que tu quieres. Hay muchos, la mayoría de los ganaderos tienen la tendencia que le sobresalga más la nobleza. Es lo que le decimos hoy más comercial, más pastureño, el toro que no molesta. Este toro tiene dos inconvenientes gordos, uno como ganadero que lo noble está a un pasito de lo manso, y ese pasito lo das, a no ser que seas muy buen ganadero, como son los Domecq. Que ese pasito no lo dan nunca, porque cuando están a punto de darlo, saben de donde refrescar. Entonces están al filo de la navaja y no se caen. Son unos ganaderos extraordinarios. Nosotros estamos en un punto, que para que se le vaya, tiene que pasar más tiempo. Le da más permanencia a la ganadería. Por otro lado, nosotros criamos los toros para nosotros. Un toro que te guste. Tu ves las corridas de toros y le cortan orejas, hoy te gira todo entorno a la faena de muleta, sales de allí con setenta muletazos y dos orejas, y aquello no te ha dicho “ná”. Porque da igual el tercio que las tablas, que se cruce que no se cruce. Que enganche que no enganche. En los toros tienes la ventaja de que tú no tienes que hacer esfuerzo sino que se te graba. Tu cuando sales de la corrida y te pregunta alguien, tu no te acuerdas de “Malagueño”. Pero sin embargo, hay veces que se te quedan a ti grabado faenas, toros... Se te queda grabado Rincón en el toro de Jandilla en Sevilla. Rincón, “Bastonito” en Madrid. Órdoñez un toro de Urquijo, parece que lo estoy viendo ahora. Luego estoy harto de ver faenas de dos orejas y me quedo igual, porque le falta en definitiva lo que es la emoción, la casta al toro.
—¿Lo mismo pasará con el toro, dependiendo en las manos que caía, así será la lidia?
—Es fundamental. El problema del toro encastado es que hay que enseñarle a embestir. No tiene la nobleza a flote. La nobleza se la tienes tú que sacar para hacerle las cosas bien hechas. El toro noble, el tontón, ese tiene la nobleza a flote y te sale medio embistiendo, no tienes que hacer ningún esfuerzo, nada más que ponerte delante. A nosotros tontos nos salen muchos, lo que pasa es que no es lo que buscamos. Lo que por ley natural el toro tiene esa tendencia y acaba saliendo.
—¿Alguna vez ha visto usted que algún torero le ha dado una lidia distinta a la que su toro requería?
—Hay toros que los estas viendo, y piensas que lidiándolo de otra forma le sacarías más partido. Pero claro te quedas con la duda.
—¿Algún toro indultado en su ganadería?
—Uno, que no te lo acabé de contar. De los lotes de vacas, siempre las gorronas, son ocho o diez, que no paren o les cuesta trabajo parir. El semental nunca va a ser semental definitivo, pero siempre va a estar en la ganadería mientras sea capaz de vivir. Y tiene ocho o diez vacas de premio todos los años. Son esas que te he dicho. Además se pone las botas, tiene ocho pero como si tuviera doscientas.
—¿Tiene algún secreto para conservar esta bravura?
—No. La bravura, la hemos comentado ahora, la tendencia natural es a desaparecer. El ganadero echa un pulso con la naturaleza. La naturaleza tiende a eliminar la bravura, y el ganadero tiende a fijarla. Pero el problema que tienes es que te equivocas muchas veces. Y cuando te equivocas te gana la pelea la naturaleza y se te va.
—Y por último, su padre fundó la ganadería, ¿qué recuerdo conserva de aquellos años?
—De mi padre, el recuerdo que tengo, es que era muy aficionado. No sé si bueno o malo, pero sobre todo con criterio fijo. Del ganadero tú no puedes echarle cuentas a nadie, porque cuando te equivocas los demás, que suele pasar cuando tú no escuchas, te cabreas. Y cuando te equivocas aprendes. Es la diferencia de escuchar o no escuchar. Él no escuchaba. A todo que sí. Allí los toreros en las tientas, jamás han dado una opinión. Nosotros nunca les decimos lo que tienen que hacer, ni ellos a nosotros. Allí a ninguno se le ocurre decir “está becerra la va a dejar”. Esa es la ventaja de no tener a las figuras. Que las figuras te cambian el toro. Intentan modificar tus criterios. Tú cambias el toro y pegas un petardo con los toros cambiados y eso lo que hace es cabrearte. Sin embargo, si lo haces tú y te equivocas, lo que has hecho es aprender. En eso era muy rígido. Tenía un socio que es el matadero. El misterio de la ganadería es el matadero. Tú tienes que estar sentado al lado y en un momento matar media ganadería por un petardo que pegamos en Madrid. Él ya no llevaba la ganadería, la llevaba yo, pero se la cargó, es la única vez que actuó.

—Enamoraó—
Fernando Cuadri es un enamoraDo del toro bravo, de su bravura y su casta

—Suerte—
La suerte juega un papel fundamental para la cría dentro de la ganadería de bravo

—Selección—
Lo principal para un ganadero es tener un criterio fijo y constante durante la selección

—Camadas—
En el 2008 lidiará en ferias como Madrid, Sevilla, Huesca, Valverde...

—Matadero—
El misterio de la ganadería es el matadero, es el principal socio

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