Hace menos de un mes se convirtió en el triunfador del Certamen Puerta Grande, este galardón significa para el joven diestro albaceteño un revulsivo en su carrera. Es tan sólo un escalón más para llegar a su objetivo, convertirse en figura del toreo. Depende de lo que suceda el próximo 20 de abril;su carrera puede dar un giro de 180 grados.
Afincado en Sevilla no deja a un lado sus raíces. Con orgullo se muestra albaceteño en todas partes. Albacete es tierra de toreros que han escrito páginas importantes en la tauromaquia. Andrés Palacios quiere ser uno de ellos. Torero de pellizco que cautiva al aficionado cuando se abre de capa. Así es Palacios, un diestro que interpreta el toreo en su estado más puro. Con el duende y el sentimiento de los toreros artistas que llegan al aficionado exquisito.
—¿Qué supone para un torero ser el triunfador del Certamen Puerta Grande?
—En mi caso ha sido un revulsivo a mi carrera. Creo que el inicio de lo que quiero ser, que es figura del toreo. Todos los toreros que nos hemos presentado necesitamos un apoyo y un lanzamiento. Entonces Puerta Grande ha sido ideal para mi carrera.
—La lucha ha sido muy fuerte con el resto de sus compañeros, ¿qué cree que marcó la diferencia entre usted y el resto?
—Sí, como has dicho hasta el último toro hubo mucha competencia. Creo que el toro que marcó lo de Puerta Grande fue el de Guadalest que toreé con la mano izquierda. No sé si hubo suerte en el sorteo por mi concepto de toreo que a los aficionados y al jurado le gustó.
—¿Cómo definiría su toreo?
—Mi toreo, creo que es lo más puro posible que se puede hacer. Para torear con mi concepto como yo lo siento, con la mano baja, los pies asentados y los riñones metios, hace falta entrega sobre todo más que valor. Te olvidas del cuerpo y meterte en la embestida del toro.
—¿Tiene algún espejo en el que se mira?
—No, si te digo la verdad, no. He visto muchos videos de figuras del toreo, de matadores antiguos y actuales. En todos mis compañeros me fijo, porque siempre hay cosas y puedes acoplar a tu toreo. Intento hacerlo muy puro y muy fiel a mi concepto, trabajar sobre lo que yo siento, y la forma que siento que hacer.
—¿Cuándo se abre de capa que siente?
—Pues es una parte de la tauromaquia que a mí me gusta mucho, a la verónica, creo que siempre he dicho que el toreo al natural es el más puro que hay, y el toreo a la verónica, lo más difícil de hacer delante del toro.
—Porque sale el toro con toda su fuerza y es difícil controlar su embestida
—Sí, sale con mucha fuerza y mucho brío. Sobre todo porque tienes que hacerlo todo muy a compás y con la cintura. Citarlo y llevarlo muy templado.
—En su época de novillero pisó varias tardes Madrid, ¿qué recuerdos guarda?
—De Madrid hay una afición que siempre me ha esperado. Lo que pasa es que no ha habido ninguna tarde en la que he podido demostrar mi forma de torear, por una cosa o por otra. A lo mejor al principio fui muy nuevo, luego cuando he ido más cuajado no me han embestido tampoco los toros, por una cosa o por otra no me han rodado las cosas. Creo que la afición de Madrid me ha respetado y deseando que una tarde cuaje un toro.
—Podría ser el próximo 20 de abril que está anunciado con toros de Julio de la Puerta junto a Antón Cortés y Torres Jerez.
—Sí, ojalá. Tiene que ser ahí. Creo que está temporada tiene que ser la mía. Y ese día tiene que ser otro peldaño más.
—También le pueden dar la oportunidad de si hay una baja en San Isidro entrar, porque eso le ha pasado a muchos compañeros suyos.
—Claro, y lo bueno es eso que es antes de la feria de San Isidro. Por desgracia siempre hay bajas de los toreros que van. A mí creo, lo que te he dicho, igual que Puerta Grande, en mi carrera pues lo que me puede hacer es darme, más que quitarme, porque no tengo nada.
—Ahora de momento, contratos a la vista, solamente ése.
—Bueno toreo el día 6 en La Roda, Albacete. El 12 en Cuenca.
—Bueno la otra corrida del Certamen la del día 12.
—Sí.
—Alguna plaza con la que sueñe hacer el paseíllo que no haya pisado aún, o que donde lo haya hecho y que quiera volver.
—Plaza que no haya pisado, la que me encantaría sería la México, porque me han contado muchas cosas bonitas de México. Y es la que me gustaría. Ahí mi toreo podía encajar perfectamente. De las que he toreado pues sobre todo las plazas importantes como pueden ser Barcelona, Sevilla, o como mi tierra en Albacete, a esas plazas me gustaría volver.
—En Albacete lo tiene más fácil, o ¿es complicado entrar en los carteles de su tierra?
—Hombre creo que sí, que este año no me dejen atrás en la Feria. Pero bueno queda mucho hasta septiembre y casi toda la temporada por delante.
—¿Cree que es profeta en su tierra?
—Sí, creo que con la afición de Albecete soy de los pocos que siento la admiración y la espera de cada tarde que toreo. Con otros compañeros de Albacete he notado que están un poquito a la defensiva. Pero conmigo siempre han estado muy cariñosos y esperando en cuanto pegaba los muletazos, locos por jadearme. Creo que en Albacete si soy profeta.
—Como me comenta en Albacete son muchos los toreros, ¿hay mucha rivalidad?
—Sí, hay muchos matadores de toros en activo y hay unos novilleros ahora que están arreando fuerte, hay mucha competencia.
—No sólo la competencia es en Albacete sino en el resto de España, puesto que en el escalafón hay un gran plantel de toreros con ganas de competir, antes estaban muy acomodados algunos de ellos.
—Sí hubo unos años ahí de pausa porque los nuevos no habían terminado de romper y los que llevaban muchos años estaban un poquito acomodados. Ya el año pasado en la feria de Sevilla, de abril, ya despuntaron muchos toreros. En la feria siempre pasa.
—¿Cree que los toreros de arte como usted están valorados?
—Sí, creo que sí, valorados y esperados. Lo que pasa, en mi caso, en que mi toreo requiere unos años de poso y de maduración. También requiere un tipo de toro que acompañe la embestida a mi concepto. No soy un torero para cualquier tipo de toro y de lucha. Cuando uno intenta torear templado, largo y profundo, el toro también tiene que tener alguna condición para que salga todo reunido. Si es al revés, es a contraestilo, pues es prácticamente imposible. Los aficionados de arte los tienen muy valorados, además con la espera y la ilusión de verlos todas las tardes.
—El toro de antaño al ser un animal más bajito era mucho más cómodo para el torero, que no el de ahora . Intentan imponer un ejemplar que cuanto más kilos, mucho mejor y con más cabeza.
—No es que sea más cómodo para el torero, lo que incómoda es el pensamiento que tenga el toro y su comportamiento. Un toro pequeño con malas ideas te puede hacer pasar mucho más mal rato que un toro grande. Lo que pasa es que el toro bravo tiene unas hechuras y embiste mucho más el que tiene el peso más bajo y mejores hechuras. El toro grande por mucha cornamenta que tenga y muy exagerado de kilos, sus movimientos son muy torpes y ni tiene transmisión ni aquello tiene emoción. Nosotros defendemos, no el toro pequeño y con poquitos pitones, sino el toro con sus hechuras, el toro en tipo. Un toro con 500 kilos y se pasa mucho.
—¡Ha sido duro el camino, bueno y lo seguirá siendo, hasta verse anunciado en Ferias importantes?
—Seguirá siendo, aún no tengo nada, no he conseguido nada. Lo único que esto ha sido un revulsivo para mi carrera, pero acaba de empezar. Y sí, es muy duro. Hay muchos años que ver que torear muy poquito, muchos tropiezos, muchas zancadillas que te ponen y parece muy largo el camino. Parece imposible, pero bueno, a nosotros lo que nos mantiene despiertos es la afición que tenemos desde pequeños, y la ilusión por torear, por entrenar, por sentirnos toreros el camino se va haciendo poquito a poco y cuando te das cuenta has llegado.
—En una etapa de su carrera le apoderó Miguel Flores, un romántico del toreo, ¿le trasmitió esos conocimientos suficientes para que le consideren romántico?
—Sí, Miguel Flores es un romántico y un apoderado instructivo, como deben ser los apoderados. Y sí que me trasmitió el amor por el toreo y la sensibilidad, y claro que me transmite. Además yo soy de los que intentan aprender de las personas mayores que son los que por experiencia saben muchas cosas.
—¿El miedo es el compañero de viaje de un torero en la plaza, o lo dejan un poco al lado?
—No, el miedo no se puede dejar al lado por mucho que lo intentes. El miedo está ahí siempre. Y si no fuera por el miedo, esta profesión no tendría el valor que tiene. Lo bonito es pasar miedo porque se puede llegar a disfrutar.
—¿Cuándo escucha el olé roto del buen aficionado qué siente?
—Pues ya ves, se te pone el vello de punta, eso es lo máximo no es el olé que se suele decir por ahí. Porque ese olé fluye, cuando a los aficionados les sale de dentro, es porque sabes que estás convencido de que has hecho algo importante. Que no todo el mundo es capaz de hacer, que te ponga la gente el vello de punta. Creo que es lo que te hace seguir entrenando y seguir creyendo en tí, porque te das cuenta de lo que tú haces no es muy normal.
—Realmente se suele escuchar todo lo que se dice en la plaza cuándo está haciendo la faena.
—Sí, se escucha todo porque con el miedo, como te he dicho, estar delante del toro. Tú tienes los cinco sentidos y todo a flor de piel, y claro el oído también lo tienes. Escuchas hasta una mosca que pase por el tendido por muy lejos que esté. Se escucha todo y sí algo no conviene nos hacemos los sordos.
—Y por último, ¿qué manías tiene antes de pisar el albero?
—Intento no tener manías, de verdad la única que tengo es no poner el sombrero ni la montera encima de la cama. Porque cuando lo he hecho no he salido bien parado. Y lo demás nada. Mejor no tener manías porque trae mala suerte.
—Manías—
Trae mala suerte el tener manías por eso muchos toreros no suelen tenerlas
—Duende—
Es de los matadores de toros que están dotados de ese don especial que es el duende
—Arte—
En su toreo se ve el arte que le imprime cada tarde andrés palacios a su tauromaquia
—Vello de punta—
Cuando escucha en el tendido ese olé roto del buen aficionado se le pone el vello de punta
—Entrenamiento—
Ver lo que siente el respetable con su toreo le hace seguir entrenando día a Día
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