Presentación del libro "Indumentaria tradicional manchega"

El libro "Indumentaria tradicional manchega" se presentó ayer en Ciudad Real, en la Residencia Universitaria Santo Tomás de Villanueva. Este ejemplar nada tiene que ver con el mundo del toro. Pero sí la persona que lo ha escrito, concretamente uno de los autores. Luis Prado ha sido un buen aficionado taurino. Y digo ha sido porque el 10 de septiembre de 2003 el destino quiso que dejara este mundo. Es su obra póstuma.

Como habréis podido adivinar por el apellido, Luis Prado era mi tío. Con él compartía muchas de mis aficiones como los toros, la Semana Santa, en especial la de Sevilla (aunque él era un macareno auténtico y yo soy más trianera) y el amor por los libros.
Al tema, que si no me pongo a contaros cosas y me pierdo en los recuerdos. Pues, como bien decía al principio, ayer se presentó este libro. Mi tío Luis junto a Antonio Luengo, el otro autor del libro, comenzaron su proyecto allá por el año 2001. Un proyecto que una vez que tenemos el libro en las manos no nos podemos hacer una idea del trabajo que les ha supuesto realizarlo. Más que nada porque es una investigación ardua en la que han ido recopilando datos del traje manchego. Cómo ha ido evolucionando a través de los años. Todo está bien detallado en la obra.

El primer trabajo de mi tío fue "Antología del Folklore Manchego", el cual le costó mucho que saliera a la luz, ya que nadie quería publicar un tomo con texto que a poca gente le interesa. Pero que tal vez a esa poca gente que le interese lo compran con todo el gusto del mundo porque les ilustra, al no haber muchos libros sobre esta temática. Bien, pues al final fue la Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación Provincial de Ciudad Real quien decide publicar el libro. Siendo el 8 de septiembre de 2003 cuando mi tío Luis tiene el primer ejemplar en sus manos. Viendo cumplido uno de sus sueños, el publicar su trabajo de investigación para poder continuar con el siguiente, que como he dicho se presentó ayer.

El mismo día de su muerte se acercó a la Diputación a recoger los 50 ejemplares que suelen dar al autor o autores de los libros. Esa obra tan amada por él no la pudo entregar a sus familiares y amigos, ser él en persona el que recibiera las alabanzas. El testigo lo han tenido que recoger mi tía Carmen, mi prima Ana Belén y mi primo Juan Luis. Porque ese mismo día su corazón se paró. Tal vez embriagado de tanta felicidad. Que en lugar de estallar por fuera, lo hizo por dentro, privándole de las mieles de éxito.

Como bien dijo Antonio Luengo en la presentación de la obra de ambos, a mi tío Luis nunca le ha gustado trabajar en primera línea. Él modestamente hacía su trabajo. Tal vez ése es un gen que llevemos dentro, puesto que mis abuelos, sus padres, eran así. Trabajadores que realizaban sus trabajos no para que la gente los vanagloriara, sino porque realmente sentían lo que hacían. Y esa educación también me la han sabido transmitir mi madre y a la vez mi padre. Pero eso sí, el reconocer nuestro trabajo sí nos gusta, sin demasiados aspavientos.

Ayer, desde ese palco del cielo, cogería asiento en primera fila, o ni siquiera hacía falta que lo hiciera en primera fila, porque conociéndolo seguro que dejaría paso a los amigos que se habrá hecho arriba en el cielo. Él estaría junto a sus padres, viendo cómo se desarrollaba el acto. Como lo estuvo en la presentación de su primer trabajo. Y orgulloso tanto él como mis abuelos, Pablo y Juana, de su labor.