Cuando vas a ver una obra de teatro y sobre todo un clásico de la literatura española, te esperas ver la interpretación más o menos adaptada al guión. En esta ocasión nos sorprendió ver como la edición japonesa dio un giro diferente a la obra. Ya que los veintiun actos de los que consta la obra han tenido que ser resumidos a noventa minutos por su director Kei Jinguji, dándole un toque diferente en el cual hace plantearse al que esta viendo el espectáculo cual de los personajes es realmente el protagonista, si lo es la Celestina, Calisto o Melibea. .
Con una mesa larga y ocho sillas alrededor se pone en escena la representación versión japonesa de La Celestina donde todos los ocho actores con sus voces van acompañando las escenas.
Otro de los elementos que pueden llegar a sorprender al espectador ver a Celestina en una silla de ruedas, un elemento que en aquella época ni existía. Lo que sí existían eran los pucheros donde las hechiceras cocían sus pócimas. Es ahín donde crea una para que Calisto se la dé a Melibea. Pero como al final el amor entre ambos no puede triunfar, muere uno detrás de otro.
Como la obra era subtitulada muchas de las veces dejabas pasar el guión para ver las caras expresivas de todos los actores. Importante también era el toque musical que le imprimía ritmo a la escena, combinada con los elementos de los que disponían.
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