Aníbal Ruiz reaparece a pesar de haber recibido dos cornadas

Cuando se dice que los toreros están hechos de otra pasta es por algo. No todos los seres humanos ante las heridas tenemos la capacidad de reaccionar del mismo modo. Los toreros aunque estén heridos son capaces de ponerse delante de un toro bravo. En este caso en particular hablamos de Aníbal Ruiz, un diestro al que el pasado 30 de agosto un astado de Los Palancares le propinó una cornada muy fuerte en la pierna izquierda, con dos trayectorias. Una vez que lo operaron quiso matar el toro que le quedaba, pero sin descansar al día siguiente volvió a enfundarse el vestido de torear.
Pues con esta cornada ha seguido toreando, fue el martes cuando le retiraron los puntos. Los puntos de esa cornada porque su cuerpo tiene más puntos, concretamente en el paquete escrotal, al recibir el pasado lunes una nueva cornada. En esta ocasión fue en El Castillo de Bañuela donde lidiaba un festival mano a mano con Gómez Escorial. El encierro era de José Escolar, novillos con mucho genio y raza. Cuando más templado y con más profundidad estaba toreando le vino la cornada, al rematar un pase de pecho. Aún así no quiso irse para la enfermería, le liaron una toalla y salió a darle otra tanda antes de matarlo de una buena estocada. No podía ser de otro modo que los máximos trofeos fueron para sus manos.
Ayer se volvió a vestir de corto, cuando aún no está recuperado de ninguna de sus dos cornadas, pero la raza que tiene este chico no le premite estar en cama. Por lo tanto ha reaparecido en Oropesa cortando hasta un rabo a uno de sus enemigo. Luego podrá descansar cuatro días antes de torear en Malagón.