Menuda tarde de toros dio ayer Luis Miguel Vázquez. Un recital de toreo a la verónica el que dio en su primero, en el cual no perdio ni la esencia ni el romanticismo de sus lances. Ayer Luis Miguel hizo el toreo en Torralba. Unió temple y ligazón, sus pases eran una sinfonía tanto al natural como con la diestra, bajando mucho la mano, llevándolos largo, con profundidad y lo más importante de todo, sintiendo lo que hacía en cada momento. Por todo ello obtuvo dos orejas, un premio justo y merecido por su labor donde este torero de esencias estéticas consiguió transmitir su duende al respetable.
En su segundo todos esperábamos que se repitiera la misma faena, pero no puedes esperar eso cuando los toros no embiste de la misma manera. El sexto era más complicado que su primero. Ese ejemplar de Bañuelos nos quitó un poco las ilusiones a todos de ver otra faena de cante jondo, pero en el toreo es el toro el que manda y por mucho que el torero esté dispuesto sino hay material no pueden brillar. En esta ocasión Luis Miguel brilló a medias, no por él sino por el astado. Donde si brilló fue con el capote, en una verónicas "mecías". No se fue sin premio, una oreja paseó por el albero de Torralba de Calatrava.
Se veía venir...es una pena quetermine la temporada, cuando toma el punto...Y como vaticinabamos, ganábamos con el cambio de Finito...
ResponderEliminarLuismi: a seguir por esa linea. Un abrazo.Manolo