Un año difícil que ha visto su compensación al final de temporada. Alberto Lamelas después de las distintas cornadas que se ha llevado, vio recompensado su esfuerzo el pasado 16 de octubre en la plaza de la Alameda, en su Jaén querido. Allí logró abrir la puerta grande, plataforma importante para el 2009.
a estas alturas nadie va a descubrir a Alberto Lamelas, ya que dentro del circuito de novilleros es sabedor del respeto de sus compañeros. El 2008 ha sido un año muy duro para él. Comenzó la temporada en Carranque el 16 de marzo, y recibió la primera cornada. No sería la última puesto que su destino ha estado marcado por los pitones de los novillos, y no novilladas a modo, sino de las duras. Aún así su constancia y afán de superación han estado por encima de estos percances. Como diría el escritor italiano Arturo Graf: “La constancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan fruto”. Y así sucedió en Jaén, allí cortó dos orejas y consiguió salir a hombros en la plaza de su tierra, en la que sueña doctorarse en 2009 como jiennense que es.
—Un bonito broche, a una temporada llena de complicaciones, el que vivió el pasado 16 de octubre en Jaén ¿Cómo recuerda ese día?
—La verdad es que fue un día bonito, sobre todo el triunfo porque me hacía mucha falta, después de eso que me has dicho, de una temporada llena de problemas y de complicaciones. Creo que gracias a Dios, esto ha sido la recompensa a todas las durezas de este año.
—El motivo de que aquella fuera una tarde importante en su carrera básicamente es la recompensa a todo el esfuerzo hecho.
—Claro que sí, la recompensa a tanto esfuerzo, a tanto entrenamiento y a todo lo que conlleva. Porque todo lo que se ve no es todo tan bonito, no es un camino de rosas. Esto tan duro cuando hay una tarde de triunfos es una recompensa a todas las durezas, esfuerzos y sacrificios.
—¿Y sí hubiera sido en otro sitio en lugar de Jaén?
—Creo que no hubiera sido tan bonito, no. Porque Jaén es una plaza de categoría, una feria buena. Siempre va a tener mayor repercusión y mayor transcendencia que un triunfo en cualquier otra plaza. Por eso la satisfacción en mayor.
—¿Pudo verse nublada esa tarde a causa de que su ex-apoderado quería cobrar sus honorarios y los de su cuadrilla?
—No, la verdad es que no. La verdad que el triunfo y la satisfacción van por dentro. Ese fue un problema de tantos que he tenido esta temporada. Tampoco amargó la tarde.
—Aún así esa sonrisa cuando se bajó del furgón, al enterarse que su ex-apoderado estaba en la oficina intentando cobrar, no se la podía borrar nadie.
—Pues sí, porque la verdad es que me hacía mucha falta un triunfo. Esa satisfacción no me la podía quitar nadie.
—Aparte de tener mala suerte con su apoderado, también la ha tenido con los toros, ha sido un año de muchas cogidas y como consecuencia de ello de perder festejos, verdad.
—Sí, la verdad es que ya empezó mal, porque en la primera me pegó una “corná”, en la segunda una muy fuerte. Ya eso quieras que no te hace que no estés al 100%. Si no pasan estos percances y esas cosas uno está muy fuerte porque estas entrenando, yendo al campo y preparándome mucho, empiezas al 100%. Pero si en la primera te pega una , en la segunda otra pues eso hace que no te recuperes en toda la temporada. Pero bueno esta profesión es así. Luego aparte tuve un cuadro de anemia. He estado todo el año arrastras.
—Cuando le cogieron en Francia, le tuvieron que volver a operar en España, verdad.
—Esa fue muy fuerte, porque perdí mucha sangre, luego se me infectó la herida. Estuve 21 ó 22 días en el hospital, tumbado sin poder hacer nada. Eso te frena en seco. Como ya te he dicho esta profesión es así.
—Durante esta temporada la mitad de los festejos los ha tenido en Francia, ¿cómo lo tratan en esa tierra?
—La verdad que bien. Es duro porque he tenido que matar novilladas muy duras, Monteviejo, Bucaré... de muchos hierros que son duros. El público me ha aceptado bien. La verdad que le estoy muy agradecido.
—Nota el respeto que los franceses procesan a los toreros que no conocen, es mayor que el de aquí en España.
—Es mayor el respeto que te tienen. La verdad que allí en Francia es de “chapeau”, porque el público al novillero más desconocido o novillero sin picadores, lo tratan como un torero que es. Y aquí en España hay muchos matadores de toros que no se les trata con el respeto que merecen, de matadores de toros. Por eso te digo que el público es de “chapeau” en cuanto al respeto porque tienen mucha más educación, que es lo que falta aquí. En Francia estás en una plaza y estas mal con el toro y no vas a escuchar que te digan nada. Hay un respeto, que la verdad, ojalá estuviera en España.
—El 13 de julio fue una fecha clave. Ese día tenía que afrontar dos compromisos importantes, por la mañana en Ceret y por la tarde en Las Ventas, ¿Cómo vive un torero estar anunciado el mismo día en dos sitios diferentes?
—Lo vives con mucha ilusión, pero si te digo la verdad, eso es un atraso. Es un atraso porque son dos plazas importantes, en las que hay que ir a una u a otra. No te puedes permitir el lujo de decir que voy a las dos. Ya te digo yo que eso es muy difícil que salga bien. No tienes la mente en ninguno de los dos sitios. Estás por la mañana toreando y tienes la mente pensando en que por la tarde vas a Madrid. Es un estrés de pensar no llego al avión, no voy a llegar a la novillada. Eso te lo digo porque es la segunda vez que lo hago que es un atraso. El día 13 fue una locura, corriendo por el aeropuerto que por casi perdemos el avión, no nos dejaban facturar las espadas. Estás en un estado de psicosis que no puedes ir a torear y más a Madrid. Para ir allí hay que ir tranquilo y relajado para hacer allí el esfuerzo.
—Ahora mismo las novilladas que está matando son de las duras, ¿cree que lo pueden encasillar en este tipo de corridas?
—Puede ser que sí, pero tampoco me da miedo. A mí lo que realmente me daría miedo sería que me encasillaran en mi casa y que no tuviera nada. La verdad es que llevo dos años que me han ofrecido matar estas novilladas, y nunca he dicho que no. Te digo una cosa, matar estas novillas a mí me ha dado, no sé al resto de la gente. No estoy en ningún lado porque no soy figura del toreo. Creo que he ido progresando a nivel de que estoy toreando bastante, gracias a que mato esas novilladas.
—De Francia viajamos hasta América, ¿habrá temporada americana?
—De momento no lo sé. Tengo una cosa pendiente para el 7 y 25 de enero en Colombia, pero no sé si voy a ir o no. Si te digo la verdad, lo más seguro que no vaya.
—Y de la alternativa, ¿es tiempo ya de hablar de su doctorado?
—La verdad es que es lo que tenemos en mente. Lo que sí es pronto es para decirte el sitio y la fecha.
—¿Dónde le gustaría tomarla?
—Me gustaría tomarla en cualquier plaza importante, por ejemplo Jaén.
—¿Cuándo soñaba con ser torero, esperaba que fuera a desarrollarse tal y como lo está viviendo?
—Nunca hubiera pensado que fuera tan duro y que tuviera tantas zancadillas, y tantos problemas. Tampoco pensé que iba a conocer a gente tan mala y complicada, aunque bien es cierto que he conocido a gente muy buena.
—¿Se siente realizado como torero?
—Sí, porque creo que vivo para mi profesión. Por eso, simplemente los días que hay triunfo, pues ya me siento realizado. Me siento realizado porque como entreno, me preparo y estoy las veinticuatro horas pensando en el toro, pues a cualquier triunfo, ya sea igual que sea Jaén u otro sitio, ya para mí es suficiente para sentirme realizado. Es como te decía antes, la recompensa al trabajo diario.
—¿Qué planes tiene para el 2009, aparte de la alternativa?
—Los planes son empezar a torear cuanto antes. Estamos a ver si nos ponen en Valencia. Torear lo máximo que se pueda y tomar la alternativa pronto, que no sea al final de temporada para ver si se pueden torear unas cuantas corridas de toros.
—¿Este año, cuántas novilladas ha toreado?
—Creo que han sido 26, aunque he perdido cinco o seis.
—Y por último, el próximo domingo 16 le van a otorgar el trofeo al triunfador de Jadraque, ¿qué siente?
—Me hubiera gustado más ser el triunfador de San Isidro, pero poco a poco, esto es muy largo y no se acaba en dos días. Las casas se empiezan por los cimientos no por el tejado, hay que ser triunfador en los pueblos para luego ser el triunfador de San Isidro.
—Esfuerzo—
Lamelas es un joven que lucha por sus ideales, no escatima esfuerzos a la hora de torear
—Satisfacción—
El salir por la puerta grande de cualquier plaza es su mayor satisfacción
—Respeto—
En francia goza del respeto de su afición, no en vano esta temporada ha toreado bastante allí
—Dureza—
Nadie le dijo lo duro que iba a ser esto, donde las zancadillas están a la orden del día
—Felicidad—
esa sonrisa que lleva dibujada en el rostro la tarde de jaén nadie consiguió borrársela
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