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11 junio 2009

Los premios de Córdoba una chapuza intolerable

En un blog o página digital, con este título que encierra toda una incuestionable gran verdad, y al que añado mi personal epígrafe, Carlos Crivell se explaya a gusto, y con disgusto, hablando de la sucia chapuza que ha sido la concesión de los premios taurinos de la feria del pasado mayo en Córdoba.
Proclama, sin pelos en la lengua, la descalificación de los miembros de estos jurados que, sin el mínimo asomo de delicadeza se prestan al servilismo más descarado y vergonzoso. Un evidente claudicar por otra parte ante la fuerza y el glamour del mito, el monstruo torero que representa Jose Tomás, sacado ya de su natural dimensión de hombre y artista– pues no dudo de sus indiscutibles méritos -- para transformarlo o convertirlo en un objeto a cuidar y manipular por los grandes y pequeños intereses, como si de una rica mina se tratara...
Tanto el del Coso de los Tejares como el premio Manolete y el de El Corte Inglés, todos los premios han recaído ( “de forma democrática” , claro está – ¡faltaría más! – ) en la alucinadora figura de José Tomás. Mientras que el modesto José Luis Moreno, el torero que verdaderamente estuvo cumbre cortando dos orejas en la anterior corrida telonera, y tres con petición fuerte de la cuarta en la que alternó con Finito y con “el monstruo” – muy notoriamente por encima Moreno de sus compañeros --, se ha tenido que conformar con un mísero premio de consolación llamado “premio a ...”, no sé qué cosa.
Este resultado no era de esperar para miles de ingenuos aficionados, convencidos al encontrarse con la sorpresa de ver cómo con meridiana claridad Moreno dejaba anulado al Fino, al paisano, y le plantaba cara, muy sobrado de gallardía, al monstruo de Galapagar. Pero, sin embargo (aunque eso sí, abrigando cierta esperanza y dejando hueco a cierta fe en la justicia a aplicar por los jurados) para quienes, sin necesidad de mucha suspicacia ya tienen “la mosca detrás de la oreja” -- en los que me incluyo-- no tiene nada de sorprendente; lo que, naturalmente por otra parte, no deja de ser doloroso e irritante, como puede ser el caso de miles de aficionados entre los que está el nombre de Carlos Crivell y el mío propio.
Presencié la anterior corrida del día 24, de José Luis Moreno, y volví a ésta del día 26 por verlo junto a José Tomás y Finito. Está claro que lo mio no era ir a ver exclusivamente a la gran figura que termina con el papel en todas las plazas (siempre rehusé ver a las figuras que pasan a convertirse en evidente producto de impuesto consumo), si no por admirar a un torero, que si modesto, descomunal torero de Córdoba. No es ningún secreto que a José Luis Moreno, sus paisanos cordobeses jamás le tuvieron en justa estima, ni más ni menos que por haber tomado como bandera de la afición a su coetáneo Finito.
No me sorprendió nada el resultado de José Luis la primera tarde, como tampoco lo deslumbrante de sus dos últimas faenas sabiendo sobradamente, como sé, del nivel que alcanza como torero.
Naturalmente, apasionado seguidor --¿por qué no decirlo...? – mi gozo se desmadró en sus dos actuaciones pasándomelo de verdad a lo grande. Pero, como no es cuestión de exponer mis subjetivas valoraciones sobre Moreno, y sí las objetivas, dejando claro y aireando el atropello infame que ha supuesto para él la injusta concesión de los trofeos, quiero que quienes me lean saquen sus personales conclusiones, y no sólo a la vista de mi exposición, si no a la de la prensa cordobesa en general, limitándome a los titulares y textos de las portadas.
Por ejemplo, el DIA DE CÓRDOBA : “José Tomás y Jose Luis Moreno abren la Puerta de los Califas tras cortar tres orejas cada uno”. (Jose Luis Moreno tuvo fuerte petición de la cuarta oreja, y en la tarde anterior había obtenido dos trofeos) En la sección LA FERIA de este mismo periódico, otra crónica de Francisco Javier Domínguez con el título de MORENO Y EL MILAGRO DE C ANÁ.
A.B.C : “Moreno planta cara a Tomás “. ( La cronista, Chila López, deja constancia de su dimensión de torero grande)
El DIARIO DE CÓRDOBA publica una crónica de Ignacio Luque en la que viene a decir entre otras cosas: “El guión de la masa estaba previsto. El paisano, a los leones. El foráneo, al olimpo de los dioses. Pero salió el hermano pobre. “¿Ahora nadie dice olé o qué?”, reclamó uno para la faena de Moreno …”. Ignacio Luque viene a concluir que al final la masa dictó sentencia … En otra página, Rafael de la Haba, bajo el título de LA REBELIÓN DEL MODESTO, dice: José Tomás corta tres orejas aupado por la fuerza de un fenómeno irrefrenable y Jose Luis le replica con igual triunfo y un toreo más profundo.
En fin, que así, de forma incuestionable, otros medios como radio y televisión dejaron claro quien quedaba como triunfador por méritos propios. Pero mira que, digo yo, tal vez por ahuyentar los malos cargos de conciencia y poder dormir en paz y en gracia de Dios, los jurados, fieles a su servilismo han decidido que sea de la manera que ha sido para no contrariar a los patrocinadores o exponsor, e incluso al mismo figurón de Galapagar.
¡Que con su pan se lo coman!

Por Félix Rodríguez Castro