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29 junio 2009

«A mí me gusta medirme con los más fuertes: Aparicio y Farruquito»

El novillero Jesús Jiménez, natural de Almagro, es uno de los jóvenes que tras cerrarse la Escuela Taurina de Ciudad Real se buscó los medios para seguir entrenando. Aunque seguía los domingos en el taller de tauromaquia de su ciudad natal quería estar entrenando más días, por ello decidió inscribirse en la Escuela de Madrid, y posteriormente en la de Bolaños, hasta que los profesionales del toro lo llaman para hablarle del nuevo proyecto, de entrenarlos en la plaza de Miguelturra. Ahora forma parte de la Asociación Taurina José Tomás Reina Rincón.

—Es uno de los chavales que se está formando en Miguelturra con los profesionales del toro, ¿cómo es esa formación?
—Básicamente al llegar es físico. Hacemos media hora o tres cuartos de calentamiento, y después de salón nos hacemos un torillo.
—¿Ha notado mejoría en su toreo de un año para otro?
—Sí, porque yo antes practicaba un toreo más en redondo. Ahora Valentín Cuevas me está enseñando un toreo en línea recta, para que rompan los toros y les podamos pegar más muletazos. Al fin y al cabo las faenas son ahora de diez minutos.
—¿Cómo definiría el toreo en redondo?
—En redondo le quitas tú más el aire al toro. Lo que se trata es de darle aire para que rompa para adelante.
—Es uno de los jóvenes que vive por y para el toro, de hecho está en varias escuelas, ¿cómo se compagina eso?
—Como puedo. Voy en coche, en autobús.
—Está en la de Madrid...
—Sí, también en la de Miguelturra, Almagro y Bolaños.
—¿Qué días suele entrenar?
—Entreno todos los días, si no es en Miguelturra, es en Almagro, Bolaños, Madrid. Entreno solo en mi casa.
—¿Temporada interesante la que se presenta o difícil?
—Difícil, difícil.
—¿Cómo cuantos festejos calcula que puede llegar a torear?
—Como mucho tres. Está la cosa mal para los jóvenes que estamos empezando.
—¿Por qué cree que cuesta tanto que los empresarios den novilladas sin caballos?
—Porque atraen más gente las novilladas con caballos. Están más preparados, suenan más. Un chaval sin caballos a la gente no le suena. Lo que interesa es buscar gente para que vaya a la plaza.
—¿Y más aun porque los aficionados no acuden a ella cuando se dan, ya que estas novilladas son los cimientos de la fiesta?
—Porque ellos buscan gente que esté preparada y quieren ver pegar muletazos. No a un chaval que aunque se quede quieto y se lleve 200 volteretas no le pegue ni uno.
—¿Qué cualidades de su toreo destacaría?
—A mí me gustan los trincherazos y el pase del desprecio.
—¿Cuál es el espejo en el que se mira?
—Me fijo en muchos toreros. A mí me gustan Morante, Curro Díaz, Ponce, Manzanares y todo los artistas, Aparicio.
—¿Qué coge de ellos?
—Cojo lo que me gusta de cada uno.
—Por ejemplo: de Morante, ¿qué sería?
—La manera en que acompaña el muletazo. Como pone la pierna de atrás. Como le mete el pecho a los toros.
—¿Y de Curro Díaz?
—Como se relaja.
—¿De Ponce?
—La verticalidad y llevar los toros mucho para que se rompan.
—¿Manzanares?
—Como pone el cuerpo cuando le pega el ayudado.
—Y por último, de Julio Aparicio ¿qué?
—Como pega el del desprecio, sacándola mucho.
—En definitiva se fija en el toreo de arte.
—De pellizco.
—¿Cuándo se dio cuenta que le interesaba el mundo del toro y que quería formar parte de él?
—Me di cuenta en 2005, cuando me apunté al taller de tauromaquía de Almagro. Allí aprendimos a coger los trastos, y a partir de ahí la afición ha ido creciendo.
—¿Antes no había tenido contacto con los toros?
—Sí, había visto corridas, también había ido a ver a Rubén Pinar a Almagro. Fue ahí donde me picó a mí el gusanillo, pero donde se incrementó fue en el taller.
—¿Realmente es tan injusto este mundo como lo pintan?
—Creo que las injusticias no existen. Cuando te pones delante del toro tienes la muleta y la espada y es con lo que tienes que demostrar.
—¿Es con eso es con lo que se tiene que hablar?
—Claro, lo demás no sirve para nada.
—Sé que siente gran pasión por los toreros de antes, sobre todo por Belmonte, ¿cómo llegó a saber de este gran torero del siglo anterior?
—En el taller de tauromaquía de Almagro. Críspulo Coronel en una clase teórica nos habló de él. Me empecé a interesar y me he leído su libro.
—Imagino que les hablaría de muchos toreros antiguos, ¿qué tiene de especial Belmonte para usted?
—Marca que Belmonte toreara con el problema de las rodillas que tenía. Aunque Manolete fuese el que ligó, pero ya tenía una base. Y la base la puso Belmonte.
—¿Con qué mano se siente más a gusto toreando?
—A mí me gusta más la mano izquierda que la derecha.
—¿Por qué?
—Me siento más a gusto, simplemente. Se pasa más miedo.
—¿Con qué compañero le gustaría verse anunciado en los carteles?
—Farruquito y yo tenemos un pique en quites bastante bueno. La verdad es que con todos tenemos afinidad. A mí me gusta medirme con los más fuertes, Rubén Aparicio y Farruquito, además que tenemos cortes parecidos.
—Hablando de quites, ¿Cree que debería volver a reaparecer esa suerte?
—Sí, esa suerte no debería desaparecer, e incluso diría que debería volver a aparecer. Porque hay muchos quites que hoy en día no se practican.
—¿El toreo de capa es muy variado, también dicen que es el más difícil?
—Sí, pero si te sale bien... pones la plaza boca abajo.
—¿Con qué se ve mejor con el capote o con la muleta?
—Me gusta más el capote.
—¿Por qué?
—Porque me gusta mecerme. La muleta con la izquierda también me gusta mucho.
—¿Y la espada?
—La espada no es una de las peores cosas que tengo, cuando le cojo el sitio.

—Belmontista—
Le impresionó saber que Belmonte tenía problemas en las rodillas y toreaba

—Tenaz—
Entrena todos los días para superarse y poder subir los distintos peldaños del escalafón

—Pellizco—
Le gusta el toreo de pellizco que practican los toreros como Morante o Curro Díaz

—Al natural—
Se siente más a gusto toreando con la izquierda, aunque también pasa más miedo