Con media plaza en los tendidos se lidió una corrida de Sánchez Arjona, de juego y presentación desigual, destacando el lidiado en quinto lugar.
Aníbal Ruiz, oreja y dos orejas con fuerte petición de rabo.
El Fandi, silencio y dos orejas.
Alejandro Talavante, oreja y oreja tras aviso.
Abría cartel Aníbal Ruiz ,que realizó un saludo capotero muy variado, intercalando verónicas a pies juntos con chicuelinas, todo muy ceñido y con mucha pureza, terminó el saludo con una media. Galleando por chicuelinas llevó al burel al caballo. Bien en la lidia Óscar Castellanos. En la muleta el toro pecó de no humillar. Lo toreó en redondo relajándose, con lo cual llevó a que el astado lo sorprendiera y lo levantara del suelo, con la fortuna de volver a caer de pie, pero la cornada interna no se la quitó nadie. Aún así Aníbal volvió a insistir por ese pitón derecho. Al natural dio dos series muy buenas. La faena llegó a los tendidos porque lo llevó muy largo en el último tramo cuando el toro iba a menos. Mató de estocada atravesada, pinchazo y estocada.
Lo mejor llegó en el cuarto. Lo saludó con cinco verónicas en las que el burel humilló bastante. La cuadrilla cuidó del toro dándole los capotazos justo y quitándole la querencia que demostró de salida. En esta ocasión un brindis muy especial, para su padre, por ello todo debía salir a la perfección y así ocurrió.
Con la muleta comenzó pulseando al toro con series muy cortas. Al ver el diestro que el toro se venía de largo le dio las distancias que necesitaba. La clave de la faena fue la despaciosidad con la que imprimía los muletazos, con manos muy baja dando tandas limpias. Los tendidos se pusieron en pie al ver a su paisano toreando al ralenti. Con la izquierda el toro tenía menos recorrido. Terminó la faena con trincherillas y pases del desprecio, dejándo una estocada en todo lo alto. Sin duda Aníbal Ruiz selló la mejor faena en su tierra.
Por su parte, El Fandi lidió con un toro al que tuvo que hacer de enfermero. El público lo protestó pero la presidencia no lo cambió. Aunque estuvo muy templado con él, la faena no caló en el tendido.
Con el quinto fue otra historia un toro bravo al que saludó muy bien con el capote. En banderillas estuvo espectacular clavándo cuatro pares, dos de ellos al violín. Faena larga para matar de estocada.
Alejandro Talavante, en el tercero se le dio poca importacia a lo que hizo por la condición del toro. Lo mató de estocada.
Sin embargo, con el que cerraba plaza le tuvo que tragar mucho, estuvo muy quieto intentó alargar la embestida. Estuvo mucho tiempo con él. Basó su trasteo en la quietud y la serenidad. Mató de dos pinchazos y estocada.
Los tres toreros salieron a hombros de la plaza de toros de Alcázar de San Juan.
Por El Maletilla
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