A pesar que era la segunda tarde que hacía el paseíllo, no se notó la ausencia de festejos en Juan Antonio Millán Carnicerito de Úbeda. Su personal estilo a la hora de interpretar el arte de Cúchares caló enseguida en el tendido, por ello sus paisanos se volcaron desde un primer momento con él. Ni El Cordobés ni Rivera Ordóñez consiguieron arrancar de las gargantas de los aficionados de Úbeda los olés más profundos. Tan sólo lo consiguió Carnicerito de Úbeda. Y no es que fuera paisanismo, no. Es que realmente toreó con la verdad por delante. Toreando con sentimiento, con pureza y sobre todo con el alma de un torero que expresa en el albero su toreo.
Con su primer ejemplar pudo deleitarse toreando, matando en todo lo alto, por ello consiguió dos orejas. Las complicaciones se las mostraría el séptimo de la tarde. Aún así, Carnicerito supo estar a la altura de las circunstancias y conseguir un nuevo trofeo. Fue el triunfador de la tarde, aunque estuviera acompañado en la salida a hombros por el resto de sus compañeros de cartel como fueron El Cordobés, Rivera Ordóñez y El Doctor. Este último paisano de Carnicerito que se despedía de la afición.
El Mayoral de la ganadería de Gavira también compartió con los diestros la salida a hombros. Una tarde de toros en la que se lidiaron ocho ejemplares de Gavira flojos y de buen juego en líneas generales.
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