El joven aprendiz de torero daimieleño Carlos Aranda sigue con su preparación. En esta ocasión estuvo el pasado fin de semana con el resto de sus compañeros tentando en dos importantes ganaderías como la de El Ventorillo y Román Sorando.
Acompañado de sus maestros, José Luis Bote y Jesús de Alba, los jóvenes acudieron a tentar en la finca de El Ventorillo seis vacas y en la de Román Sorando, el domingo, cuatro.
Bajo la atenta mirada del gran maestro José Miguel Arroyo ‘Joselito’, Carlos Aranda se puso delante de las becerras. En algunas ocasiones el maestro le corregía los defectos, a lo cual el aprendiz ponía mucha atención para perfeccionar su toreo.
Como novedad en esta escuela probaron a ponerle pulsómetros a los nueve chavales. De esta manera sus preparadores físicos podía hacer un estudio de las pulsaciones que tienen los toreros cuando torean. Una forma muy original de ver cuáles son más valientes y cuáles pasan más miedo delante de la cara del animal. Aunque ese estudio puede ser sui generis, ya que el miedo y el valor no se puede controlar por lo que diga un aparato.
Carlos Aranda volverá a ponerse delante de una becerra el próximo día 7 de febrero, ya que tiene una clase práctica en Guadalajara.
eres un gran luchador animo
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