25 marzo 2010

La finca Pulido inspira a Vázquez y Tendero

Un día de tienta donde el sol y el juego de las becerras fueron los protagonistas. Luis Miguel Vázquez y Fernando Tendero estuvieron a la altura de las embestidas de las de Javier Gallego.

Cuando el tiempo da una tregua a los ganaderos, comienzan los tentaderos, con casi dos meses de retraso y después de que muchos de los animales se hayan visto afectados por las continuas lluvias.
En la finca Pulido, el ganadero Javier Gallego junto a sus hijos Enrique y Macarena, preparan el ganado para una mañana soleada en la que estaban citados Luis Miguel Vázquez y Fernando Tendero.
El primero en llegar fue el diestro daimieleño, impaciente por volverse a probar en el campo, aunque lo hiciera después de la cornada que recibió en Herencia, pero en cuanto a lo que se refería a este año, aún no había visto un pitón.
Mientras esperaba la llegada de su apoderado y compañero de terna, en esta ocasión, inspeccionó la finca, viendo los sementales que tenían apartados.
Después de la faena de enchiqueramiento de las becerras y una vez que los toreros estaban cambiados se procedió al tentadero. Una labor de campo en la que el silencio reina por sí solo. Tan sólo el mugir de la becerra y la voz del torero incitándola a embestir es lo que se escucha mientras se está tentando en la placita de tientas de Javier Gallego.
La primera de las becerras puso el listón muy alto al resto. Una vaca muy brava que sino tiene delante un gran torero lo hubiera descubierto. Pero Luis Miguel Vázquez está muy preparado y con ganas de decir algo en el toreo. Lleva llamando la atención en los últimos años. Disfrutó con cada pase que le dio e hizo disfrutar a los pocos que tuvieron el privilegio de verlo. Le dejó una tanda a Vicente Forero, el pupilo de su apoderado Paco Alcalde.
Fernando Tendero también tuvo ocasión de disfrutar con sus dos becerras, que le sirvieron de preparación de cara a sus próximos compromisos.

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