La afición de un joven de nombre artístico: Gutiérrez Mora

Da igual el tiempo que haga, la época del año que sea, pero la afición que tiene Gutiérrez Mora es inconmensurable. Siempre está entrenando, sino no es con los profesionales es solo, pero afición no le falta.
palpa en el ambiente. Eso es lo que le sucede a Gutiérrez Mora, un joven novillero de Porzuna que acaba de debutar con caballos y tiene unas ganas inmensas de ponerse delante del novillo. De momento tiene que esperar y conformarse con los tentaderos que van saliendo. En los que de momento suele ir de tapia acompañando a los matadores de toros de la tierra.
Aún así es mucho el campo que está haciendo este año Gutiérrez Mora, ya que gracias a un hombre que lo está ayudando en tierras andaluzas puede disfrutar de un aprendizaje mejor. Ha tentado junto al diestro sevillano Morante de la Puebla. Todas las vacas que ese día tentó el de la Puebla las terminó de torear Gutiérrez Mora. Muchas eran las embestidas de las eralas que le dejó Morante de la Puebla, ya que no quiso exprimirlas para poder compartirlas. Aunque algunas no las vio muy claras desde el primer momento, cosa que benefició al novillero de Porzuna.
No sólo ha tentado con las grandes figuras del momento, también lo ha hecho con los toreros de la tierra, y en especial con el diestro Aníbal Ruiz, que en cierto modo es su maestro. Desde el primer momento que comenzó congeniaron. Aníbal Ruiz vio algo en este joven que le llevó a creer en él. Tal vez esa gran afición y el gran sacrificio que demuestra día a día. Es muy posible que Aníbal de algún modo se vea reflejado en el joven novillero en sus comienzos, con la ventaja de que ahora es un veterano y un gran profesional que aporta su sabiduría a los que empiezan. Aunque en este mundo de los toros nunca se termina de aprender, y el que así lo crea está en un grave error.
Gutiérrez Mora no es de los que desaprovechan las oportunidades que le brinda la vida, y mucho menos si a cuestión taurina nos referimos. Su aprendizaje comenzó en la Escuela Taurina de Ciudad Real, terminándolo mientras era novillero sin caballos en la Asociación Taurina José Tomás Reina Rincón.
Ahora se le puede ver con los profesionales entrenando. La mayoría de las veces junto al banderillero Valentín Cuevas, que fue su profesor durante su etapa en la Asociación Reina Rincón, situada en Miguelturra.
Es duro el entrenamiento para un torero, pero mucho más para alguien que está empezando y que apenas cuenta con recursos económicos, que todos los contratos que consigue es por méritos propios. Ya es difícil conseguirlos, puesto que muchas veces las novilladas se confeccionan con intercambios de novilleros.