Un regalo que embiste, el que recibió Aníbal Ruiz

El diestro de Alcázar de San Juan celebró su cumpleaños junto a sus seguidores y miembros de su peña taurina en la finca de su apoderado Manolo Vázquez Gago, en la localidad cordobesa de Hornachuelos.

un destino, un regalo y una gran admiración. Con estas palabras se podría resumir lo que vivieron los aficionados el pasado domingo en la finca Las Cruces, propiedad de Manolo Vázquez Gago, apoderado del diestro alcazareño Aníbal Ruiz.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche dijo que “el destino de los hombres está hecho de momentos felices -toda la vida los tiene-, pero no de época felices”. Se podría decir que uno de esos momentos de felicidad lo vivió Aníbal Ruiz cuando le salió por toriles una becerra que no se cansaba de embestir. Esas vacas con la que sueñan todos los ganaderos, y a las que le gusta torear a los toreros. La becerra colorada, marcada con el hierro de Manolo Vázquez tuvo una gran calidad, con su genio pero embistiendo con franqueza. Tanto el diestro como todos los miembros de su peña pudieron disfrutar de su toreo, admirando el arte de Cúchares que imprimió el de Alcázar en la placita de tientas de Las Cruces.
No sólo cogió la muleta el anfitrión, sino que hubo para todos los que se quisieron poner delante del bravo animal. Incluido niños que torearon al alimón tanto con Aníbal Ruiz como con Manolo Vázquez.
La segunda vaca que toreó el matador de toros de Alcázar de San Juan no tuvo la misma calidad que la primera, pero le sirvió para seguir con su preparación y estar a punto para futuros compromisos.
Tras esta jornada campera los miembros de la peña le ofrecieron exquisiteces culinarias para terminar un bello día en la finca cordobesa del apoderado.
Como ya es tradición en un día tan especial como es la celebración del cumpleaños de su torero, no faltaron los regalos por parte de los fieles seguidores de este torero manchego. Siempre regalos útiles para su profesión, y que el espada guarda con mucho cariño viniendo de quien vienen.