Víctor Puerto y Miguel Ángel Perera salieron a hombros del coso polivalente de Puertollano, mientras que Morante de la Puebla lo hacía a pie tras el fallo de los aceros, aunque fue quien dejó la esencia del toreo.
Es clave en cualquiera de las artes el material. Un buen material es fundamental para el éxito. En Puertollano faltó algo imprescindible para el goce de todos, y no fue otra cosa que la casta y la bravura. Si a un toro le falta eso el respetable se puede olvidar de ver un bello espectáculo, por muchas ganas que le pongan los toreros. El sábado en Puertollano hubo ganas por parte de la terna, pero se toparon con un gran muro, la falta de fuerza de los bureles.
Lo más destacado del festejo y que se quedó grabado en la retina de los aficionado fue la actuación de Morante de la Puebla en el quinto. Siempre se ha dicho que no hay quinto malo, y en esta ocasión fue cierto, pero gracias a que el diestro de la Puebla del Río cuidó mucho a este animal. Lo recibió con magistrales verónicas de manos bajas, con mucho duende, donde la cintura la lleva encajada, y el mentón en el pecho. Unas verónicas con mucho sentimiento que hicieron vibrar al tendido y arrancar los más sinceros y profundos olés. En la muleta no iba a ser menos. Morante no quería quedarse atrás y quería acompañar a sus compañeros en la salida a hombros, pero no pudo ser. Por mucho que llegó con su toreo al tendido, el fallo con el verduguillo le privó de ese privilegio. Su toreo añejo del que bebe de la tauromaquia de los de antes no bastó. Ese aroma único que imprimió en cada muletazo con un gusto exquisito a la hora de embarcar al toro en la muleta, lo desdibujó al no rubricar su obra. Aún así el respetable le tributó una gran ovación, que tuvo que recoger en el centro del ruedo.
Con su primer ejemplar no pudo hacer mucho, tan sólo unas cuantas pinceladas.
Reaparición
Tras dos años sin torear en público, Víctor Puerto reaparecía ante la afición manchega. No pudo realizar de lleno su toreo debido a la condición de los bureles. Le correspondió el peor lote de todo el encierro. Su primero fue un inválido que tuvo que hacer de enfermero en muchos pasajes de la faena. Por ello en el cuarto, cuidó mucho al de Carlos Charro. Incluso estuvo lidiando en el segundo tercio para darle el menor número de capotazos y que en la muleta le durase más. Y efectivamente acertó con la táctica. En la muleta se pudo ver el temple que ha atesorado este torero en estos años. La faena la finalizó con una estocada caída. Dos orejas fue lo que paseó por el albero Víctor Puerto.
Miguel Ángel Perera demostró ante dos bureles de escasa calidad porqué está arriba dentro del escalafón. La ligazón y el temple cuando se lo permitía su enemigo fueron la clave de sus faenas. Con dos y una oreja fue el triunfador numérico del festejo. Lo mejor el quite por tafalleras.
Ficha técnica
Ganadería: Se lidiaron seis astados de la ganadería salmantina de Carlos Charro, de juego desigual, flojos y descastados en líneas generales.
Víctor Puerto: Ovación y dos orejas.
Morante de la Puebla: saludos desde el tercio y gran ovación.
Miguel Ángel Perera: dos orejas y oreja.
Aforo: Más de media entrada larga en tarde apacible.
Raquel...esto es "la pescadilla que se muerde la cola"... en las plazas de tercera (como Puertollano), para que haya gente en los tendidos, tiene que haber "nombre " en los carteles, pues aficionados de verdad, quedan 4 en las plazas de pueblo...que irían con menos cartel y más toros...así no puede seguir la fiesta...lo fundamental, es el toro...y sin toro, nada de nada.
ResponderEliminarPor cierto, ven a ver nuestro reinagurado CLUB TAURINO, te va a encantar, y verás recuerdos importantes...Ayer nuestro amigo Curro Díaz, tocó pelo en Madrid...y eso si es importante. Manolo ( de todas formas, estoy de acuerdo contigo, en las ganas de la terna...y a pesar delk triunfo de Perera, al que eché dos veces un ramo de romero, me hubiera gustadodárselo a Morante, que dejó los mejores detalles...