Tres puertas grandes, tres, marcan la Feria de Ciudad Real

Tres toreros abren la puerta grande de Ciudad Real, en una feria en la que el ganado ha sido el protagonista debido a su falta de fuerzas en la mayoría de los astados. Aunque algunos de ellos se han dado buen juego.
Una Feria marcada por la poca fuerza del ganado ha hecho que no se hable de triunfos mayores en el ruedo.
Aunque este año se ha notado la crisis en los tendidos puesto que los primeros días hubo más de media entrada y en el festejo final los tres cuartos, la afición esperaba algo más: Ver más triunfos puesto que los carteles sobre papel así lo indicaban. Tan sólo Diego Ventura, El Cid y Enrique Ponce consiguieron abrir la puerta grande. Esa puerta tan deseada por muchos y que muy pocos consiguen.
Este año la presidencia, tanto la de rejones como la de las dos corridas de toros estuvo correcta, otorgó los trofeos necesarios y demandados por la mayoría de espectadores que cubrían los tendidos de la plaza de toros de la capital.
En cuanto al análisis de lo que ha sido la feria taurina de Ciudad Real, destacar la labor tan importante que ha realizado la empresa Maxitoro a la hora de traer el ganado, ya que cada día había nueve toros en los corrales, a excepción del último que tan sólo vinieron ocho. Aún así es importante ver el trabajo y esfuerzo. También la labor de los veterinarios que no tuvieron muchas complicaciones, ya que todos los astados fueron aprobados. Y la más importante de todos, tal vez por ser la más complicada, y es la de los delegados gubernativos, que velaron muy bien por la seguridad de los que ocupaban el callejón, pidiendo los pases y comprobando que las personas que estaban eran las autorizadas.

El toreo y los toros
En la primera de las tardes, en la corrida de rejones, quien puso la nota al festejo fue Diego Ventura con su sensacional estilo de torear con sus caballos.
En la segunda tarde, sería El Cid quien estuvo por encima de sus compañeros aprovechando el lote que le había correspondido.
Cerraba la Feria un soberbio Ponce, que viendo que en su primero no tuvo posibilidades y su compañero Julián López El Juli había tocado pelo, no quería pasar por la Feria de Ciudad Real sin acariciar el triunfo, como lo hiciera el año pasado, y así fue. Cortó un nuevo rabo, situando a Ciudad Real un punto más arriba de como estaba hace años.
Se notó que los toreros venían con ganas a la plaza de toros de Ciudad Real, y que el ambiente que se cosechó el año pasado este año ha vuelto a dar sus frutos. Unos frutos que tienen que seguir aumentando el año próximo.