Es tradición en Llanomojao terminar el año con toreo del bueno. Saborear esos últimos muletazos que dan los toreros que pasan por allí, que se entrenan junto a Félix Jesús Rodríguez en su placita. En Llanomojao es disfruta del toreo añejo, de pellizco y del"güeno".
El día elegido para la fiesta campera fue el 26 de diciembre. Los toreros invitados en esta ocasión fueron Carnicerito de Úbeda, Luis Miguel Vázquez, David Mora y Sebastián Sánchez Mora. Ellos se encargaron de deleitar a los presentes con su toreo. Y por la tarde fue Emilio Bresó quien le imprimió un toque muy personal a su toreo.
Abría cartel Juan Antonio Millán "Carnicerito de Úbeda", recibió a su becerra abriéndose a la verónica, gustándose y gustando a la afición. Con la muleta, toreando a media altura, para que el animal no se le cayera compuso una faena con temple, midiendo la distancia y dejando que la erala se recuperara. Gran calidad que supieron aprovechar los aficionados que se pusieron delante como fueron Fran, Lucio, Regino, Óscar..., sin olvidarnos de la joven promesa novilleril como es Carlos Aranda.
El segundo espada por antigüedad fue Luis Miguel Vázquez. El daimieleño volvió a dejar constancia de su buen momento, un momento que poco se pudo disfrutar en la temporada pasada. Con el capote se estiró a la verónica. Su erala tenía menos fuerza que la primera y la tuvo que cuidar desde un primer momento, aún así supo entenderla. Buen toreo con la franela por ambos pitones con gusto y personalidad.
David Mora volvió a disfrutar del cante a capela durante su faena, tanto con el capote como con la muleta. Su becerra no tuvo la calidad de las anteriores, aún así el buen hacer del torero madrileño se vio reflejado en el albero. La recibio flexionado llevándola larga. Con la muleta dejó unos excelentes naturales.
Cerraba cartel, Sebastián Sánchez Mora, un torero gaditano que hacía mucho que no se veía en Llanomojao, y los aficionados lo echaban de menos. Parecía que la erala de Hermanos Tornay iba a dar buen juego. Con el percal se veía que la becerra tenía codicia, una codicia que pronto desaparecería en la franela. Poco pudo hacer Sebastián ante esa condición, pero aún así mostró sus ganas de ser torero.
Tras esa degustación de arte, se procedió a una degustación culinaria. Y antes de tomar el café se volvió a disfrutar del toreo, en esta ocasión en las manos del joven novillero de Almadenejos, Emilio Bresó, quien hizo disfrutar a los presente del buen gusto y las maneras que tiene. Con el capote lo recibió con temple, llevando las embestidas de la becerra con mucha suavidad. Con la franela se vio un toreo sentado, con los pies clavados en la arena y consiguiendo embarcar las embestidas del novillo con una elegancia que los aficionados supieron disfrutar.
Como es tradición en Llanomojao una vez finalizado el toreo, la reunión pasa a los salones con la chimenea de fondo, en donde la peña taurina Félix J. Rodríguez nombra al taurino del año. La elección la hace la junta directiva de la peña y eligen a la persona que creen que merecen ese título por un sinfin de motivos. En esta ocasión la sorpendida fue quien les escribe esta palabras. Fui nombrada taurina del año por la peña Félix J. Rodríguez, un orgullo depués de saber todos los que anteriormente han recibido dicho galardón. Debo de darles las gracias a la peña por creer en mí y darme tan preciado trofeo. De nuevo muchas gracias, y un auténtico placer ser la taurina del año de su peña.
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