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28 abril 2014

Aníbal Ruiz y Fernando Tendero celebrán su éxito a hombros

Ficha técnica

Se han lidiado seis ejemplares de Benítez Cubero de juego desigual. La plaza estaba cubierta en su totalidad en tres cuartos.

Víctor Puerto, dos orejas y ovación

Aníbal Ruiz, dos orejas y rabo y dos orejas y rabo

Fernando Tendero, dos orejas y oreja.


Con un cuarto de hora de retraso en una tarde primaveral en la que en algunas ocasiones el viento ha hecho acto de presencia se a celebrado el festejo aplazado del Lunes de Pascua. 

Abría cartel Vícto Puerto que recibí a su enemigo lanceando a la verónica. Unas más templadas dio en el quite que realizó. Muy despacito comienza el trateo muleteril, para ir viendo la embestida del astado. Un toro que no le ha puesto nada fácil su labor, se ha ganado las orejas a pulso. Con el izquierdo el toro no aceptaba bien la muleta que le ofrecía un generoso Puerto. Ayudados al final para terminar la faena. Pinchazo y estocada contrario le otorgan los dos primeros trofeos de la tarde. 

El cuarto era un toro con muchas complicaciones y al cual Víctor Puerto abrevió en cuanto pudo. Con la espada no estuvo muy acertado, aún así por el esfuerzo realizado el respetable le tributó con una ovación que recogió en el tercio. No sabemos si por lo disgustado que estaba porque este toro no le dejó realizar su toreo o por qué motivo, no acompañó a sus compañeros en su salido a hombros, habiendo cortado dos orejas. 

Aníbal Ruiz llegó con unas ganas tremendas. Ganas que nunca le han abandonado a lo largo de su carrera. Es por ello que fue el máximo triunfados del festejo en cuanto a trofeos nos referimos. Y si hablamos de casta esa fue la qu puso Aníbal en su primer astado, y la que le faltó al animal. Lanceó a la verónica con pies juntos en los medios. Con la muleta brilló con una tanda al natural dondo vació la embestida del toro al final del muletazo. Belleza en el trazo. Estocada y los máximos trofeos al esportón. 

En el quinto volvió a mostrar su raza el de Alcázar de San Juan. Pero no sólo sacó la raza, sino que disfrutó con su toreo y así lo supo transmitir al respetable que volvieron a pedir los máximos trofeos. 

Fernando Tendero no se podía quedar atrás después de ver que sus compañeros de cartel habían abierto el portón de la puerta grande, quería acompañarlos en su salida e hizo méritos para lograrlo. Lo logró porque puso toda la carne en el asador, ya que el de Benítez Cubero no quería colaborar mucho, pero la firmeza de Tendero le hizo cambiar de parecer. Tras unas manoletinas finales mató de estocada casi entera y un descabello. Dos orejas. 

Y para terminar con su actuación perdió un triunfo mayor al fallar con la espada, puesto que fue poco a poco metiendo en el canasto al sexto de la tarde, doblándose con él para amoldarlo. Moldeando una embestida que dibujaba el toreo de Tendero, pero la rubrica de su obra se emborronó. Como premio una oreja por el mérito desarrollado.