29 abril 2018

Puerta grande a la constancia de Munera, Garrido y Lorenzo

Hoy el único protagonista ha sido el torero, tanto a caballo como a pie, ya que el toro no ha llegado con la bravura suficiente para que se cree el binomio perfecto que conjugan toro y torero. Una lástima que Fernando Tendero no haya podido salir a hombros junto a sus compañeros en esa puerta grande. La espada ha sido el denominador común en los tres matadores pero con peor suerte para Tendero que tan sólo ha paseado una oreja.

Abría cartel el rejoneador Juan Manuel Munera que ha conseguido echar al esportón dos orejas cortadas gracias a su labor delante del novillo que pocas posibilidades le presentaba para la pelea. No quería arrear cuando hacía falta para que todo saliera en sintonía. Aún así, Munera posé una buena cuadra junto con su arte para conseguir los logrados trofeos. 

Fernando Tendero quedó inédito en su primero, poco se pudo lucir con la muleta y mucho menos con el capote. Tan sólo la estocada certera le hizo partícipe de pasear una oreja con la que el diestro no estaba de acuerdo. El pundonor de un torero que sabe cuándo es merecedor de trofeo o no. Con su segundo se quitó esa espinita y dejar naturales de bella factura. La espada fue la que le truncó de un triunfo mayor.

José Garrido vino con las pilas de la moral bien cargadas. No desaprovechó la oportunidad de torear en esta plaza. Con su primero el fallo con el descabello y los dos avisos le privaron de pasear por el albero la recompensa a su labor, tanto con el capote como con la muleta. Este torero mostró mucha torería al expresar su estilo al natural. En el quinto, sin embargo, la expresividad vino por el pitón derecho, donde recogía las embestidas y las vaciaba lejos. El quite por chicuelinas tuvo gran empaque y arte. Rubricó la faena con dos orejas.

Álvaro Lorenzo no consiguió cortar las orejas a su primero ya que falló con la espada tras recibir un aviso. Muy buena faena en la que ligó los muletazos, bajando la mano al natural pero que se fue al traste tras el fallo con el descabello. Cuando brilló con luz propia Lorenzo fue en el que cerraba plaza, ramillete de verónicas con el compás abierto para rematar con una media de cartel de toros. Con la muleta el astado iba mejor por el pitón derecho y así lo entendió el toledano. Aunque no por ello dejó de probar el toreo al natural. Estocada casi entera que le sirvió para abrir la puerta grande.

Ficha del festejo.

Con casi media plaza se lidiaron siete toros de Castilleja de Huebra, sin raza y flojos.

Juan Manuel Munera, dos orejas.
Fernando Tendero, oreja y silencio.
José Garrido, silencio tras dos avisos y dos orejas.

Álvaro Lorenzo, silencio tras aviso y dos orejas. 

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