29 julio 2018

La emocionante historia de una mujer libre: ‘La Baltasara’

Triunfo absoluto en su estreno el de ‘La Baltasara’. Los aplausos y ovaciones no cesaron en varios minutos. Llegó de nuevo al Corral de Comedias para triunfar a lo grande y poner de manifiesto que las mujeres somos libres de elegir lo que queramos hacer. Obra con un mensaje impreso para concienciar.

No podían haber cogido mejor lugar para el estreno de la obra ‘La Baltasara’ que en el Corral de Comedias de Almagro. En los Corrales era donde triunfaba Ana Martínez, más conocida por La Baltasara, hasta que un día se bajó del escenario en mitad de una función y salió de ese Corral de la Olivera. Pero no del de Almagro, donde Pepa Zaragoza nos sumerge en la vida de esta actriz barroca que pasó a Santa Anacoreta.

El nombre elegido para sus espectáculos lo eligió al haber nacido el día de Reyes y sonar mucho mejor Baltasara que el de los otros magos de Oriente. A través del patio del Corral empieza su narración. Para continuar sobre las tablas su intenso periplo a lo largo de su vida, desde sus éxitos hasta su retirada en el monte, donde se convierte en ermitaña. Esta obra es un claro manifiesto de las injusticias que se cometían con las mujeres en aquella época, donde ser libre estaba más que criticado.

El texto de Inma Chacón y la dirección de Chani Martín llega al espectador para cautivarlo. Un texto ágil en el que Pepa Zaragoza y Nacho Vera imprimen agilidad a la escena. A pesar de que la historia no tiene nada de cómico, arranca las risas del espectador por su manera de hacer fácil el verso, con un lenguaje que entendemos todos. Puesto que las injusticias, da igual los siglos que pasen están a la orden del día. En el caso de Ana Martínez fue la censura de la iglesia y la sociedad la que le hizo abandonar su carrera en el momento más álgido.

La música es parte fundamental del espectáculo, en donde Nacho Vera acompaña en escena a La Baltasara en su relato. El cual hace de músico, marido, padre, obispo y cura, según el momento de la narración de Ana Martínez. La escenografía de Fernando Sánchez-Cabezuelo llama la atención al tratarse de un confesionario que simula el camerino de la actriz. Es una construcción de madera que gira según el momento de la escena que necesite, tan pronto es el camerino, como es la cueva, como la ermita. Y lo que más llama la atención es el caballito de los parques infantiles que con monedas se mueve simulando la cabalgadura del caballo original de la artista.

A pesar de la media hora de retraso con la que empezó la función, el público se involucró desde el primer momento con esta obra que nos vuelve a mostrar una vez más que las mujeres tenemos voz y voto, que somos valientes y libres. Que ni la iglesia ni la sociedad nos debe cortar nuestros logros ni triunfos. Aunque para más de uno la huída de la Baltasara fuera una victoria para ellos, nada más lejos de la realidad, la victoria fue para ella.


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