ir arriba

22 febrero 2007

Carta a Segundo Cavanillas, presidente de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Almadén

He recibido, amigo Segundo, tus dos cartas de agradecimiento… Hecho el acuse de recibo, lo del agradecimiento, en todo caso hagámoslo en forma recíproca: agradecido se siente uno en un mundo de continua devaluación y subestima (si no es desprecio con el prójimo) cundo adviertes que alguien, sinceramente, aprecia lo que haces aún sin tener calidad lo hecho, sólo por establecer caminos comunes de generosidad, respeto y consideración al otro. La composición de mi limitado poemilla está en esa dirección. Si las cosas van más allá y logran tocar las fibras del alma en el sentido más positivo y amable, ¡miel sobre hojuelas…!.
Ahora te hago un breve análisis de la composición que, como todo trabajo mío, por impaciente, ha salido del horno a medio cocer.
Cada vez que lo releo le encuentro formas y puntos corregibles, lo que evidencia una falta de paciencia en su elaboración. Y esto, unido a las limitaciones de su génesis (que son mis propias limitaciones) determina que mi sensibilidad poética no cuaje debidamente en sus proyectos.
De todas maneras, también yo me emociono dando formas a esas sensibilidades…
El poemilla es una sucesión de figuras alegóricas en un plano que pretende ser elegíaco, determinado por la perspectiva que me ofrece la experiencia de mis años en la mina en el peor de los gremios: el gremio de “perforistas” o barreneros. Teniendo yo esta condición, es muy lógico que lo mío sea una antítesis a los épicos cantos de sirena o apologías patrioteras con pobres delirios de grandeza: Almadén será Joya de la Corona sólo para quienes siempre se lo llevaron crudo, sin resentimiento ni vergüenza, ajenos al derecho, a la justicia y al dolor humano. Y más que Orgullo Nacional, sus mineros sí que lo son de Clase Productora en su aportación al patrimonio social o de la humanidad sin limitación de fronteras. A lo largo de la historia, olvidados, humillados…, vilipendiados. Sin otra consideración que la de el ser tratados como a otra herramienta más de la explotación… O como a los mulos que en su época hacían girar la dura pesadez del viejo y crujiente, gigantesco malacate torturador del interior…. Mención aparte merecen los forzados.
(Últimamente, Almadén ha sabido erigir un acertado, justo monumento conmemorativo a sus mineros en una de sus Plazas. Es lo menos que a estas alturas se debe hacer…)
Absolutamente neutralizados para levantar vindicativamente su voz lo estuvieron los mineros de Almadén a lo largo de los siglos… Esa voz del hombre, del ser humano…, apagada y temblorosa por el miedo y la enfermedad en la lidia permanente y sin esperanza del toro negro del verso/ -- “el del tenebroso ceño” --- que es la mina…
Se inicia el poema con una metáfora: “seis espejos” , conformados por los seis lados o seis preciosas balconadas de tan deslumbrante plaza de toros (la guinda de este poemilla), para rematar en ella tras hacer un resumen o breve recorrido en el tiempo, fundiendo en uno sólo y a golpe de corazón esos temas que tanto te llegan: lo taurino en Almadén, la mina y sus mineros.
Aunque insatisfecho una vez compuesto, también yo me he conmovido escribiéndolo.
Un abrazo, señor Presidente, extensible a toda la Asociación, con la memoria puesta, como homenaje merecido, en quien --- por su indisolubilidad suprema en el asunto de la Plaza --- sugiero debiera ser, a título póstumo, Presidente de Honor o su Socio Superior: LUCILO VILLAR RUBIO.- (q.e.d.).

Por Félix Rodríguez