ir arriba

17 mayo 2007

Prueba de sangre en las futuras madres de Pinos Bajos

La prueba de selección en la camada de bravos es lo más importante para el desarrollo de la ganadería. En Pinos Bajos llevan unos años con excelentes resultados en cuanto a las hembras seleccionadas. Que siga así por muchos años.

El tentadero en una ganadería es fundamental para ver el comportamiento de los animales en el caballo y en la muleta. Ese examen se realizó el fin de semana en la finca Pinos Bajos, donde pasta la ganadería Víctor y Marín.
El viernes realizaron las labores de tienta el matador de toros Jesús Romero, el novillero de Arenas de San Juan, Jesús de Natalia, y el malagueño Juan Carlos Cabello, que está siendo apoderado por Miguel Flores.
El sábado, un día sensacional para la tienta puesto que de las nueve vacas que se tentaron, seis fueron aprobadas por los ganaderos, José Luis Marín y Felipe Lasanta, con muy buena nota. Ese día se pudieron ver las maneras de Carnicerito de Úbeda, el empaque de Andrés Palacios y el estilo del novillero Javier Bejumea. Los invitados presentes pudieron disfrutar de un gran día de tientas.
Se cerró la tienta el domingo con el diestro Luis Miguel Vázquez, y los novilleros Alberto Lamelas y Fernando Tendero. Este día el viento tuvo un factor importante al descomponer más de una faena.

Análisis de los toreros
El diestro de Alcalá de Henares, Jesús Romero, que hoy día ejerce también como profesor de la Escuela Taurina de Guadalajara, demostró su estilo depurado a la hora de coger la muleta y probarse con las eralas de Víctor y Marín. Llevó a uno de sus alumnos, Julián Guerra, para dejarle los últimos pases. Nuestro paisano, Jesús de Natalia, no tuvo mucha suerte con sus vacas, pero le sirvieron de preparación y para ver cómo está delante de la cara de los animales. Supo estar a la altura de las circunstancias. Por su parte, Juan Carlos Cabello dejó muestras de sus pinceladas, bajo la atenta mirada de su apoderado Miguel Flores.
Carnicerito de Úbeda disfrutó e hizo disfrutar a los presentes en su última erala. Mientras que el albaceteño Andrés Palacios lo hizo en las tres. Toreó con placer y buen gusto a unas becerras que metían bien la carita en la muleta. El novillero Javier Benjumea nuevamente dejó constancia de su sangre torera, no es la primera vez que tienta en Pinos Bajos, y sus maneras de torear gustan en la finca.
Luis Miguel Vázquez toreó con empaque y plasticidad la segunda becerra del domingo, arrancando los olés de los presentes. A Alberto Lamelas se le vio una considerable mejoría frente a sus dos becerras. Lo mismo que se vio en Fernando Tendero. Con más técnica delante de la cara de los animales.

Los tapias
Los alumnos de la Escuela Taurina de Ciudad Real estuvieron de tapias durante los tres días esperando a que los matadores le dejaran las últimas embestidas de las becerras. Y es que los ganaderos de Víctor y Marín todos los años invitan a estos chavales para que practiquen con sus becerras.