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29 junio 2007

Valiente y Tendero cortan dos apéndices en Villarta

Ficha del festejo

Ganadería: Mariano Sanz bien presentados y de juego desigual.
Antonio José: silencio y oreja
David Valiente: ovación y dos orejas
Fernando Tendero: ovación y dos orejas


Ante unos enemigos que no dan juego poco pueden hacer los novilleros. Lo intentaron para poder arrancarle los apéndices. Los tres primeros novillos enfriaron a un público que venía con ganas de disfrutar de una gran tarde de toros, menos mal que en la segunda parte se arregló un poco y el respetable pudo disfrutar, sobre todo en el quinto y sexto animal que fueron lo mejorcito, dentro de un encierro que no fue bravo y en la muleta se venían abajo.
Antonio José lo intentó en sus dos enemigos. En su primero fue imposible, de uno en uno tenía que dar los pases, quedándose sin motor enseguida. Con la espada no estuvo muy acertado. En su segundo se tuvo que inventar la faena y torerar en los terrenos que le demandaba el de Mariano Sanz. Por lo menos consiguió tocar pelo al ver el público la labor que estaba haciendo.
David Valiente estuvo muy bien con el quinto de la tarde. Saludó con un farol de rodillas, verónicas y media. En la faena supo entender la embestida del novillo y ligar los muletazos con temple. Terminó con manoletinas. La gran estocada en el hoyo de las agujas le facilitó la salida a hombros, ya que en el segundo de la tarde se quedó inédito, al partirse una pata el astado en la primera tanda de muletazos.
Fernando Tendero se encontró con el mejor novillo de la tarde, el que salió en sexto lugar. Buenas verónicas en el saludo inicial. Con la muleta se vivió el gran momento al final con una buena tanda al natural. Tendero entendió al novillo aunque presentaba dificultades, había que hacerle las cosas muy bien. El fallo a espadas pudo emborronar la faena, pero al estar en su tierra el público quiso premiarle con las dos orejas. El novillero con gran pundonor prefirió salir a pie a pesar de haber cortado dos trofeos. En el tercero de la tarde lo intentó pero el astado se salía de la suerte, así es difícil hacer una faena que llegué al respetable.