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12 julio 2007

El arte de Cúchares inspira a Ricardo Herrera en sus obras

Ricardo Herrera un ebanista apasionado de los toros. Dedica sus ratos libres a su hobby preferido, hacer tallas de madera con motivos taurinos. De momento tres han sido los que han salido por la puerta grande, a otros le han sonado los tres avisos.

Con la gubia en la mano y tallando la escultura de un torero encontramos a Ricardo Herrera en su taller, dando forma a su última escultura taurina. Un torero que le faltan las banderillas para estar terminada la obra, pero con la salvedad que si lo miras de cerca, nos recuerda a un torero de la tierra ya desaparecido: Reina Rincón.
Ricardo es ebanista de profesión, sus ratos libres los emplea para desarrollar su hobby preferido; tallar en madera temas taurinos. Hasta el momento sólo tres de sus tallas han triunfado porque le gustaban. Otras de las que ha realizado han recibido los tres avisos y se han quedado en bajo relieve. Preparados para volver a ser tallados y a ver si alcanza su esplendor.

sus comienzos
Desde que era pequeño su inquietud por la madera ha sido grande, sobre todo de trabajar con ella. Antes de ir al colegio se pasaba a recoger a su amigo, a las diez tenían que estar en clase, pero no le importaba madrugar para ver como el padre de su amigo trabajaba con su material preferido. De él aprendió algunas cosas, el maestro Vera. También su padre tuvo mucho que ver en que tuviera este oficio, ya que era carpintero. Eso le daba gran ventaja a Ricardo Herrera al ser un conocedor de la madera. En la escuela de Arte le dieron lecciones de dibujo artístico que complementarían su saber.
Esta profesión combinada con su afición a los toros han hecho de Herrera un tallista de temas taurinos. Recuerda cuando “estaba en el patio de mi casa con una muleta del mandil de mi madre. Yo sólo me jaleaba. Había una vecina de mi edad en una terraza que me pedía la oreja. No veas las faenas que me salían”.
Cuando Ricardo coge las gubias es para disfrutar de su afición, en ningún momento pretende sufrir con ellas. Esas tallas que le han hecho sufrir al final han sido cortadas. No tiene un tiempo predeterminado para terminarlas. No les pone horas, si lo hiciera sería si las comercializara. Pero eso no le gusta a Herrera puesto que no tendrían el mismo espíritu. Al hacerlas corriendo no las sentiría como siente cada golpe de gubia en la talla que esta realizando.
Aunque no trabaja en las mejores maderas para realizar esculturas pero es un manitas al hacerlo en algunas que se trabaja muy mal como puede ser el abedul. Lo ideal es hacerlo en nogal, pero el precio que puede alcanzar dicha madera es mucho, aunque su próximo proyecto está destinado a ser realizado en ese tipo de madera.
Con tan sólo cinco gubias es capaz de hacer sus esculturas. Muchas son las que existen en el mercado, él tiene un total de 40, asegurando que algunas ni las ha usado. Primero pinta los bocetos de las obras que quiere tallar. Después coge modelos porque una fotografía no puede reflejar todos los puntos para poder reproducirse. Tiene suerte de tener a chicos que le posen para hacer de modelos. Siempre diciéndoles como deben colocar la mano para que el torero salga perfecto.

Otras esculturas
No sólo talla esculturas taurinas. Es impresionante una mano que ha hecho enlazada con una cadena. Una sirena, el gordito Ramón y un árbol con su nido de pájaros. Bellas esculturas que cualquiera estaría dispuesto a tener en su casa. La pena es que no están en venta.

Tercio de varas y calesa, nuevas tallas

Cuando termine la escultura del torero, Ricardo se embarcará en un nuevo proyecto, un tercio de varas. El más grande que quiere realizar es una calesa con dos caballos, cuatro toreros y un niño intentando subirse a la calesa. Esa la realizará en madera de nogal. A Ricardo no le gusta lijar sus esculturas prefiere que se vea el golpe de gubia, la señal de que por ahí ha pasado un corte de gubia. Para evitar que a la madera le salga verdín le suele dar una mano de cera virgen incolora. Así termina sus obras.