ir arriba

23 septiembre 2007

Adiós a un ganadero de excepción: Alberto Marín

Su corazón no aguantó más y se paró. Justo cuando había terminado la temporada en la provincia de Ciudad Real. Alberto Marín se fue y con él se ha ido un gran ganadero, un gran aficionado y un excelente taurino.



En la madrugada del domingo Alberto Marín Montero dijo adiós a todos sus seres queridos y al mundo del toro. Se iba para siempre el que fuera emblema de la ganadería de Víctor y Marín, excelente ganadero y mejor persona. El mundo del toro se sumió en un profundo dolor en la iglesia de Fernán Caballero.
Muchos fueron los que se acercaron para decir su último adiós a Alberto Marín. Las muestras de dolor se reflejaban en el rostro de los familiares y especialmente en el de su esposa, María, que estuvo en todo momento al lado de su marido. No quisieron faltar toreros, ganaderos y empresarios de Ciudad Real. Esos toreros que han pasado por la finca Pinos Bajos para tentar las becerras de la ganadería Víctor y Marín. Hasta Fernán Caballero se acercaron toreros como Aníbal Ruiz, Luis Miguel Vázquez, los novilleros Fernando Tendero y Juan Gómez. El ganadero Juan Vidal, los empresarios Antonio Alegre “Clavileño”, Luis Palomeque. También estaba el apoderado de Tendero José Luis Torrejón. Calatraveño, Moreno Alcázar, Pepe Reina y sin olvidarnos del mayoral y picador de su finca Ignacio Sánchez. Todos apreciaban a este sencillo hombre que se ganaba el corazón de todos los que iban invitados por la familia Marín a Pinos Bajos.



En el burladero del cielo
Aunque ya no esté en cuerpo y alma, seguro que Alberto Marín desde ese burladero del cielo seguirá asistiendo a los tentaderos de su finca. Observando la selección de su ganado, y sobre todo dando las órdenes oportunas. A pesar de contar con 89 años de edad tenía una cabeza privilegiada y era un gusto hablar con este gran señor, puesto que te contaba miles de anécdotas que a los jóvenes nos gusta tanto escuchar de boca de personas tan excepional como Alberto Marín.
Una larga enfermedad ha terminado con su vida pero hasta el final de la misma estuvo pendiente de la ganadería que fundó su padre. Esa ganadería que tantas alegrías les ha dado.
Desde el periódico El Día de Ciudad Real nuestro más sentido pesame a la familia de Alberto Marín Montero.