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29 noviembre 2007

Fernando Tendero celebra su cumpleaños en “Las Cuadrillas”

Tras su primer año como novillero con caballos, Fernando Tendero se prepara para afrontar su segunda temporada. Como todos los años celebra el día de su cumpleaños encerrándose con dos toros que mata a puerta cerrada.
Temporada corta en cuanto a número de festejos pero nada intensa en cuanto a triunfos. Así ha finalizado Fernando Tendero su primer año como novillero con caballos. Un futuro prometedor le espera a este joven villartense.
Como cada año se reúne con sus amigos el día de su cumpleaños para matar dos toros a puerta cerrada. Esto le sirve de preparación de cara a la próxima temporada, y para continuar la actividad taurina una vez terminada la temporada, ya que el invierno es muy duro.
En la finca “Las Cuadrillas”, propiedad del banderillero Óscar Castellanos se reunió con parte de su cuadrilla. Allí estaba su picador “Pastelito” que puso dos buenas varas a los dos ejemplares que mató Tendero. Al completo estaban sus subalternos Félix Jesús Rodríguez, Manuel Castellanos y Pablo Fernández, desde los burladeros guiaron al joven novillero dándoles sabios consejos.
Pero lo mejor del día vendría para Fernando Tendero con la firma de apoderamiento. Antes de que matara a esos dos toros se había llegado a un acuerdo en el que el apoderado y empresario Francisco Romero Leal llevaría la carrera del joven en la próxima temporada. Desde el palco de la placita de tientas observó Romero como su poderdante se acoplaba a las embestidas de los dos bureles. Estando a la altura de las circunstancias ya que el primero le permitió estar bien con él, aunque al final se rajara, dando los últimos muletazos donde el astado quiso.
Por otra parte, con el segundo no tuvo la misma suerte puesto que salió desde un principio rajaito y no pudo emplearse a fondo como a Fernando le hubiera gustado. Aún así le sirvió de entrenamiento en el duro invierno que les espera a todos los torero, aunque los tentaderos les sirven de preparación para la temporada venidera.

Después se soltaron unas vacas para el disfrute de los invitados que torearon al alimón pasando un día divertido.