ir arriba

25 abril 2008

“Me considero un torero que está hecho a sangre y fuego”

Hay aficionados que poseen una sensibilidad especial para detectar a esos toreros que tienen un don. Carlos Escolar “Frascuelo” es ese tipo de toreros desde el primer día enamoran porque tienen algo distinto, un sabor diferente al resto de toreros, una gran solera.

Frascuelo es uno de esos toreros que no deja indiferente con su estilo tan personal de interpretar el toreo. El poso que le han dado los años es lo que hace diferente a este torero, que aunque no es un chaval tiene su espíritu cargado de juventud. Con la verdad y la honradez por delante hace el paseíllo cada tarde que está anunciado. Próximamente lo veremos en la feria de San Isidro, concretamente el 25 de mayo que alternará junto a Iván García e Israel Lancho que confirma alternativa. Se lidiará una corrida de Celestino Cuadri. Afronta este compromiso con gran ilusión, como si fuera la primera vez que pisara el coso del Espíritu Santo, por donde hace años salió en hombros cuajando una buena tarde. La primera corrida de la temporada y salir a hombros por la primera plaza del mundo no lo hace cualquiera, solo lo hacen los toreros que tienen ese don especial, que están dotados con la sabiduría y el clasicismo de los toreros de antaño.

—La primera pregunta es casi obligada, ¿cómo se siente al volver a verse anunciado en San Isidro?
—Pues me siento como un chaval con 18 años, tengo más pero es como lo siento. Y tengo la misma ilusión que cualquier chaval de los que vayan a torear. Haya toreado ya en Madrid o no. Para mí Madrid es como una rivalidad nueva, en la cual voy a una presentación que es lo más importante en el mundo del toro.
—¿Ha sido difícil conseguirlo?
—Pues no ha sido fácil.
—Más que nada porque toreros como usted es difícil contratarlos, con esas características y ese tipo de arte tan especial.
—Pues la verdad es que sí. Pero vamos no es problema mío. Es problema de las empresas que están un poco dejadas de la mano de Dios, por decirlo de alguna forma. Porque creo que les falta sensibilidad. La verdad es que también te tengo que decir que tampoco hay muchos toreros como yo. Ni de la edad ni del sentido común del toreo.
—Bueno tenemos a Sánchez Puerto también.
—Sí, la verdad es que sí. Es un torero de los que yo siempre he valorado mucho como persona y como torero. La verdad es que creo que es una falta de sensibilidad por parte de las empresas que no pongan a toreros que son espejos de la gente joven sobre todo.
—Desde sus comienzos usted ha despertado interés en los aficionados, ¿lo sigue haciendo?
—Yo siempre, aunque sea en un tentadero, siempre trato de despertar ese interés hacía mí porque soy muy competitivo, y es que como me siento un chaval, pues quiero competir y rivalizar con la gente joven.
—Dicen que quien lo ve torear por primera vez queda prendado de su estilo, ¿usted lo cree así?
—Yo también me sorprendo.
—Se sorprende de que pueda causar este impacto, que hoy día los toreros más populares son los que se lo llevan de calle.
—Sí, la verdad es que sí. Pero vamos te vuelvo a decir que para mí siempre es un reto. Y sobre todo sorprender y encantar a la gente. Si es la primera que me ven pues crearles un momento de ilusión.
—¿Se considera maestro de maestros?
—No, yo no me considero maestro de nada. Me considero un torero que estoy hecho a sangre y fuego, pero que ahora mismo atesoro un conocimiento y una forma de concebir el torero diferente a cuando yo tenía menos años y menos experiencia. He conseguido una solera importante y una capacidad de entendimiento delante del toro importante. Lo que pasa es que quizás las corridas que toreo no son las idóneas para ello.
—Esa solera de la que me habla en qué la basa ¿en toda la experiencia que le dan los años?
—No, en la experiencia y en mi poso como torero. Creo que he conseguido como un gran bucle con los años y sobre todo con un gran sentido común. Y una gran responsabilidad de hacer el toreo que a mí me gusta ahora.
—Aunque usted ha estado ausente durante un tiempo de los ruedos, nunca lo dejó. Prueba de ello han sido estas temporadas anteriores y la presente. Durante esos años, ¿qué hizo?
—Bueno yo siempre he estado activo. Nunca lo he dejado, ni he descansado, ni por causas de accidente ni nada de eso. He toreado poco. Eso sí es verdad, he toreado poco como te he dicho anteriormente por falta de sensibilidad de las empresas, y falta de sentido común. Porque cuando un torero consigue hacer gestos como yo los he hecho, con una sola corrida de toros en Madrid y salir por la puerta grande, creo que a lo mejor en otros toreros, pues hubiese resultado más beneficioso a la hora de torear un número de corridas importantes. Pero ahí está, que la verdad es que cuando he toreado en Madrid ha sido en los meses de agosto, ha sido difícil y las temporadas estaban hechas.
—Y que va menos público en esos meses y la repercusión es menor, digámoslo de alguna forma.
—La verdad es que como siempre los triunfos míos han sido en Madrid, aunque haya habido poca gente, poca afición, ha sido una gran minoría la que me ha visto, y de ahí tengo el respeto y la admiración del aficionado, sobre todo, de todos los de Madrid y de los que han ido allí. Te darán el gran respeto que uno quiere en estos tiempos, aunque no sea para decir me voy a comprar un cortijo, yo de eso, pues la verdad, no es que me importe mucho el comprarme. Lo que me importa ahora mismo es disfrutar y hacer disfrutar y crear una ilusión al aficionado. Y sobre todo, crear una gran expectación a mi toreo.
—¿Cómo se prepara día a día?
—Pues todos los días entrenando, yendo al campo, no dejándolo ningún día vivir con esa ilusión y esa esperanza de ser capaz de remontar con las dificultades que hay a cuanto mis contrataciones. Por eso yo te he dicho antes que tengo que competir. Y sobre todo me gusta competir y crear una rivalidad aunque sea en un tentadero.
—Por lo que percibo en sus palabras piensa que se han cometido muchas injusticias con usted.
—Muchas y las seguirá habiendo. Ojalá que conmigo sean menos de aquí para adelante. Pero bueno también tengo que ser capaz de entender que esta profesión está cada vez más difícil , y sobre todo para mí, por no ser ya tan joven, donde crear esa expectativa a las empresas de contratarme, pero no será por falta de yo estar preparado y estar consciente de que aparte de buen toreo tienes que dar una imagen importante para los públicos ahora mismo.
—Imagen importante la que dio hace dos años en Pastrana, si no recuerdo mal, cuando lo cogió el toro y se hizo el torniquete para seguir toreando.
—Fue una corrida en la cual hubo momentos buenos, momentos importantes y momentos de destellos de una honradez profesional y de un hombre que sabe lo que quiere. La verdad es que ya ha habido muchos momentos de dificultades en mi vida, no solamente de las cornadas sino de no torear, que la gente no te ponga, no te escuche, te haga de menos y tu sentir esa falta de calor y de comprensión a la hora de poder a determinados toreros. He sufrido mucho, siempre he creído en mí, seguiré creyendo en mí. Y el día que no crea, me iré.
—¿Este año también estrena nuevo apoderado?
—Pues sí, es una persona joven, coincidimos este invierno en el campo y me dijo una cosa muy bonita: "Pero maestro si usted es un chaval joven y con una torería tan bonita como nunca laa he visto. Me encantaría poder ayudarle". Y me puso en un festival, ha sido el que más me pagó y del que más he recibido. Por tanto, creo que es una persona muy válida, a mí me da ilusión de ver a una persona tan joven creer en uno tan mayor.
—Si le digo "Verdad", ¿qué le evoca?
—Si me dices verdad, pues verdad la que tú creas.
—¿Y miedo?
—No sentirme comprendido por una afición ante la que esté actuando.
—El toreo con el capote es uno se los más difíciles de interpretar, aún así usted se puede considerar uno de los mejores capotistas del momento. ¿O no lo cree?
—No, solamente creo que muchas veces me sorprendo a mi mismo, sobre todo cuando veo un toro que me ayuda, que coge los vuelos del capote, que se los puedo echar y traerlo toreado, yo sentirme importante y crear una ilusión al público que en ese momento me está viendo, porque está viendo una cosa diferente.
—¿Cómo es el toro que sueña para poder realizarle toda su tauromaquia?
—Pues un toro que entienda del toreo. Eso es lo más importante, que sabe uno ya ver cuando sale un toro y lo ve prendido en esos engaños, en los vuelos de esos engaños y que tú puedas olvidarte de que tienes alma.
—¿Se llega a olvidar alguna vez del alma?
—Sí, del alma, del cuerpo y del dinero que tengo, que no tengo nada. Eso me ayuda a arrimarme más y a entender que el toreo es así. Pero ya no por dinero, sino por la satisfacción de uno ya, porque esto no me lo puede quitar nadie.
—Por último, son muchos los lugares donde le llaman para dar conferencias, hoy viene a Ciudad Real, ¿qué le va a transmitir al aficionado manchego?
—Pues mira una ilusión, poque sé que en toda Castilla-La Mancha y sobre todo en Ciudad Real hay muy buenos aficionados, que vienen todos los domingos, esos domingos de agosto a Madrid y que me han visto muchas veces, siento que ellos lo sienten como verdaderos aficionados de Madrid. Por una época en la cual viví una etapa de novillero muy bonita que fue los mano a mano esos con Paco Alcalde, que revolucionaron en aquel momento la novillería. Luego fuimos los dos apadrinados por nuestro maestro y querido Curro Romero en Barcelona y creamos una expectativa de ilusión muy bonita de novillero.
—Eso es lo que va a transmitir al aficionado, recordar esos momentos.
—Pues recordar esos momentos y sobre todo en Ciudad Real que es una plaza de toros muy bonita y con una solera. Que aunque no haya toreado nunca, pero sé que hay una solera de buenos aficionados, y sobre todo crear esa expectativa y que podamos estar este año en la plaza de toros de Ciudad Real.
—Ojala le vieramos hacer el paseíllo, maestro.
—Ojalá.


—Majestuosidad—
Con majestuosidad y elegancia hace el paseíllo carlos escolar “Frascuelo”

—Solera—
Con el paso de los años ha ido acumulando una gran solera en su forma de interpretar el toreo

—Verdad—
Con la verdad por delante es con la que torea este veterano matador de toros

—Honradez—
Todas sus actuaciones se han calificado con mucha honradez puesto que así es como es

—Injusticias—
La falta de sensibilidad en las empresas hace que se comentan injusticias con toreros románticos