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01 julio 2008

Alquimia entre “pícaros y místicos” en una mágica noche


Destacar ahora las cualidades de Rafael Álvarez "El Brujo" sería perder el tiempo, ya que es de todos conocida la capacidad de este artista en el escenario. Vamos, que una sola persona es capaz de cautivar a un público tan sólo con su verbo. Eso es lo que pasó ayer en el Corral de Comedias de Almagro.
Con lleno absoluto, como suele suceder cada vez que anuncian una obra de El Brujo, se estrenó la obra "De místicos y pícaros" entre la que se conjugó la picaresca con la mística del Siglo de Oro español. Los versos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa se entrelazaron con la vida del Buscón y el Lazarillo.
Este monólogo surgió de un viaje de Rafael Álvarez a Egipto, donde vio la relación entre los místicos y los pícaros. Como bien dijo en su prólogo: " El hambre es la metáfora esencial que uno a los pícaros con los místicos". Y realmente lleva razón la vida está llena de picaresca a la vez que de mística. Lo que más le llamó la atención fueron las figuritas de los panaderos, que eran los que le hacían el pan al faraón. Por lo tanto alcanzaban la inmortalidad como él.
El escenario estaba decorado con un arca donde había pergaminos de obras antiguas como era la del Guzmán de Alfareche. Pero realmente ese arca representaba la esencia de El Lazarillo, obra con la que ha estado interpretando durante muchos años El Brujo y que al final terminó escenificando un pequeño fragmento del mismo.

Cada obra que interpreta este artista es diferente porque le imprime un carácter único. La improvisación y el buen humor llenan el escenario. La misma obra no tiene una misma interpretación de un día para otro, aunque el contenido y la esencia sean iguales. Según lo que suceda a su alrededor es capaz de improvisar e introducir un texto que no estaba en el guión. Así es El Brujo. Y según él de la mirada de un espectador surge una estrella. Pues de su mirada el firmamento entero.
Acompañado de Javier Alejano al violín, su poesía sonó más mágica, y sus palabras resonaron en cada rincón del Corral, puesto que cuando habla El Brujo su prosa embruja al espectador. No sólo recitó sino que también se atrevió a cantar, ni más ni menos que gregoriano, al relatar su paso por el convento de Santo Domingo de Silos.
Gran ovación para un gran artista y su acompañante, el violinista, que hicieron disfrutar al público presente en el Corral de Comedias. Lo mismo que lo seguirán haciendo hoy. La pena es que sólo haya tres días para disfrutar de este artista. Mucha gente se habrá quedado sin localidades, y lo que es peor, sin poder disfrutar de su obra.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ni por esas pierdes tu relación con el mundo del toro. Ni asomándote al mundo del teatro clásico para ver a ese fenomeno de interprete que es Rafael Alvarez, El Brujo. O ¿a caso me vas a negar que tú de antemano conocías a El Brujo precísamente por una película de ambiente puramente taurino?. Juncal, sí, donde el personaje de Búfalo, limpiabotas,interpretado por Rafael Alvarez, cobraba la misma altura que la del propio protagonista interpretado magistralmente por el gran Paco Rabal...
De alli le viene la popularidad a este fenómeno de hoy, impresionante soliloquista teatral.

21:22  
Blogger Raquel-Montero said...

Por supuesto que sé que Rafael Álvarez trabajó en la serie Juncal. Tal vez por ello me atraiga tanto este actor. Ya llevo tres años cubriendo sus obras. Me tiene cautivada con su interpretación por la frescura que le imprime a sus personajes. Para mí es un pedazo de actor, y aunque todas las obras pueda dar la impresión que hace las misma cosas, pero el hecho de sorprender al espectador con cualquier tema de actualidad es muy atractivo.

12:21  

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