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12 julio 2008

Un curioso impertinente que cayó en su propio enredo

El poder, la amistad, el amor, el respeto y los celos se entremezclan en el montaje

La escenografía de la obra estuvo acompañada de música y cante

La fidelidad de los amigos es muy cuestionable en la vida, no todos actúan de la misma manera. Hay quienes lo hacen de corazón y se desprenden de los más querido, y otros que buscan la vuelta de tuerca. En estos dos ejemplos cabe destacar el personaje de Lotario que se sacrificó entregándole a su gran amigo la mano de la mujer a la que amaba. Esta es la trama que Cervantes escribió y que la Compañía Nacional de Teatro estrenó el pasado jueves en el Hospital de San Juan.
Con cierto retraso, comenzó la interpretación de El curioso impertinente con el segundo elenco de actores de la Compañía. Pero una vez el telón se alzó y salieron por el lateral los músicos, acompañados de los cuatros criados que se encargarían de girar el escenario para ambientar la escena, dio comienzo el espectáculo.
El poder, la amistad, el amor, el respeto y los celos se entremezclan en esta obra que evoca al pasado a la vez que refleja el futuro.
La amistad entre Anselmo y Lotario es de años atrás, cuando se vuelven a encontrar ambos beben los vientos por la misma dama. Lotario esta enamorado de Camila, al igual que ella le corresponde a él.
Por su parte, Anselmo la ve y se enamora, confesándole su amor a su amigo, que sacrificándose habla con el padre de Camila para acordar el matrimonio.
Curioso por las inquietudes de su esposa, Anselmo quiere probarla y no confía en nadie más que en su gran amigo, desconociendo el amor que siente por ella. Tanta curiosidad es la suya que consiguen engañarlo. Descubriendo la traición va a por su amigo. Pero el destino le depara su muerte. Anselmo por ser curioso pierde a su amada y su vida.
Entre medias de esta historia aparece el Duque de Florencia que también pretende conquistar a Camila, mientras la duquesa no puede hacer nada por evitarlo. Otro de los romances que surgen es el de Culebro con Leonela.
La escenografía estuvo acompañada de música y cante que imprimió cierto carácter a El curioso impertinente.

En voz baja

A favor:
El vestuario.
En contra:
Las dos horas y cinco minutos de duración.