Antonio Ordóñez se puede denominar como uno de los toreros con un extraordinario estilo purista. En su época fue uno de los matadores que mantuvo la esencia del toreo ortodoxo.
Será en Ciudad Real donde se le rinda un homenaje, al ser el último lugar donde hizo el paseíllo antes de cortarse la coleta. Los que vieron esa corrida no la recuerdan como la mejor de su trayectoria, pero a un torero no se debe valorar por una tarde, sino por el conjunto de todas. Y si analizamos eso podemos decir que Antonio Ordóñez fue uno de los mejores toreros del siglo XX.
Por ello la empresa Ruedos Bravos ha querido rendirle este pequeño homenaje, aprovechando que ese día sus nietos torearán en este coso. En un principio iban a ser los dos, Francisco y Cayetano, pero por la cogida de este último al final será su nieto mayor el que esté presente en el homenaje que le rindan a su abuelo.
Ortodoxia
Hijo de torero, Antonio Ordóñez fue uno de los diestros más importantes del siglo XX, ya que supo mantener la ortodoxia en su toreo. Tuvo un rival muy grande, que no fue otro que su cuñado Luis Miguel Dominguín. .
Estuvo en activo durante veinticinco años, en los cuales estoqueó dos mil toros, pero no se puede torear mil tardes y no tener cicatrices.
El único defecto que tenía es que no se llevaba bien con la izquierda y por eso no mata bien. Adquirió un vicio a la hora de entrar a matar, al cual denominaron “El rincón de Ordóñez” porque dejaba una estocada baja pero el toro caía.
Trayectoria
Antonio Ordóñez debuto en el año 1948. Tomó la alternativa el 28 de junio de 1951 en Las Ventas, de manos de Julio Aparicio.
Con el capote fue uno de los toreros más valorados de su tiempo, incluso más que con la muleta. Se llegó a decir que no había otro igual en el toreo a la verónica.
Será en el centro del ruedo de la plaza de Ciudad Real donde se le rinda homenaje, para que lo puedan ver todos los aficionados.
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