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26 septiembre 2008

28 de Septiembre: Fecha emblemática en la historia del toreo

La investigación y el desarrollo de esta noticia ha sido llevada a cabo por mi amigo Pablo Galán. Un gran amante del toreo y sobre todo de toda su historia. Él pretende que no olvidemos a toreros tan importates como Joselito "El Gallo" y Granero. Espero que disfrutéis con esta lectura y a la vez os enriquezca culturalmente.


El gran Joselito “El Gallo” en 1912 y Manuel Granero en 1920, dos toreros llamados a protagonizar muchas de las más bellas páginas en la historia de la Tauromaquia, cumplían por San Miguel con la ilusión de recibir el doctorado y hacerse Matadores de toros.

Hay fechas marcadas a fuego en el calendario y escritas con letras de oro por aquellos hombres ataviados con vestidos bordados de hilo dorado y seda, que por sus hazañas en el ruedo y a pesar del tiempo transcurrido, siguen siendo recordadas, como es el caso que hoy nos ocupa, el día de la alternativa de dos de los toreros que más pasiones levantaron en la época que les tocó vivir, donde el primero de ellos lideraría la Edad de Oro y el segundo serviría de puente con la llamada Edad de Plata del Toreo.

Quiso el destino que ocho años más tarde, Manuel Granero fuese investido en la misma plaza, el mismo día y por el mismo padrino que su admirado José Gómez Gallito

Alternativa de José Gómez Ortega, Joselito El Gallo

Después de obtener muchos triunfos como novillero, en la temporada de 1912, el menor de los hijos de D. Fernando Gómez El Gallo, era ya todo un torero cuajado y preparado para dar el salto al escalafón superior. Pese a la oposición de algunos críticos y aficionados que lo tildaban de ser demasiado joven, por contar con tan solo 17 años, todo se preparó para que el 15 de septiembre, su hermano Rafael le diera la alternativa en Madrid, pero no pudo ser, pues quince días antes de la fecha señalada, toreando en Bilbao, un novillo de Antonio Pérez le infirió una cornada que hizo que se aplazara para el día 27 del mismo mes.

Todo parecía indicar que ese día, se cumpliría el sueño tan esperado por el menor de los Gallo, de hacerse Matador de toros, pero de nuevo la mala suerte hizo acto de presencia y un fuerte temporal de lluvia y viento obligó de nuevo a suspender el festejo. Así las cosas y con varias corridas ya firmadas, y entre ellas una al día siguiente en la Feria de San Miguel de Sevilla, se decidió que sería allí donde se celebraría tan magno acontecimiento.

Aquel 28 de Septiembre, los dos hermanos se vistieron en su residencia de la calle Santa Ana rodeados de todos sus familiares y amigos. A continuación, y ante las miradas de admiración de todo el gentío, que emocionado, se arremolinaba fuera en la calle, subieron a un coche de caballos que los trasladó hasta la Real Maestranza. A la hora prevista, y vestido para la ocasión con un terno gris perla, Gallito cruzaba el albero maestrante, acompañado de su hermano Rafael y de Antonio Pazos, un modesto torero sevillano que sustituía a José Gárate “Limeño” aquejado de unas fiebres, por desgracia, muy comunes en aquellos años. Los toros pertenecían a la divisa sevillana de Moreno Santamaría, hierro compuesto por un ancla dentro de un círculo, y que por cierto, pertenece en la actualidad a El Niño de la Capea. Poco después Rafael le cedía la muerte del toro “Caballero”, número 16, negro bragado, cuya faena aún podemos disfrutar, gracias a las películas en color sepia que todavía se conservan de aquel día. Después de una hora y veinte minutos que fue lo que duró la corrida, Rafael fue sacado a hombros y nuestro protagonista hubo de conformarse con dar sendas vueltas al ruedo a la muerte de sus dos oponentes; pero no importaba, aquello no había hecho nada más que comenzar para aquel que empezaron llamando Gallito Chico y terminó siendo reconocido por todos como el Rey de los Toreros, predestinado a ocupar el trono y mandar en la Fiesta para gloria del Toreo.


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Alternativa de Joselito, de manos de su hermano Rafael. 28-09-1912

Alternativa de Manuel Granero, el “sucesor” de Joselito

No ha habido quizás en la historia del toreo, una carrera tan fulgurante como la de este torero valenciano, nacido de una familia burguesa y con varios cursos de violín, que lo convirtió en un verdadero virtuoso de ese instrumento. Acudió siendo un niño con su padre a presenciar una novillada en la calle de Játiva y ya no quiso ser otra cosa más que torero. Ayudado por su tío Paco Juliá, desarrolló su vocación en el campo salmantino a la vera de los ya famosos becerristas Chicuelo y De La Rosa. Debutaba con picadores en abril de 1920, y encadenando una serie de éxitos, con un público ávido de encontrar sustituto al rey caído en las astas del toro “Bailaor, vieron en Granero por sus formas finas y elegantes, dominador de todas las suertes al más puro estilo gallista, al sucesor natural de Joselito.

Con todo ello y aunque ahora parezca impensable, solo cinco meses después de su debut con picadores, se cerraba la fecha de su alternativa para el 28 de Septiembre, en Sevilla y por San Miguel, con una enorme expectación.

Ese día, Rafael El Gallo, vestido de negro y azabache, en memoria del hermano recientemente desaparecido, cedía los trastos de torear a Granero, que impecablemente vestido para la ocasión, con un terno catafalco y oro, era investido Doctor en Tauromaquia, ante la presencia de su buen amigo Chicuelo. Las reses escogidas para la ocasión pertenecían a la ganadería de la Viuda de Concha y Sierra, y el toro de la efeméride se llamó “Doradito”, de típica capa salpicada que delataba el origen vazqueño de esta vacada, cuya cabeza disecada se puede admirar actualmente en el museo taurino de Valencia. Granero que estuvo valentísimo durante toda la tarde, y que incluso fue volteado por el toro antes mencionado, recibió grandes ovaciones por la entendida afición sevillana ante la entrega y el buen quehacer del diestro ante los dos toros que le tocaron en suerte, deslucidos y de muy mansa condición.

Una tras otra, todas sus corridas se contaban por triunfos y todo parecía indicar que el trono vacante dejado por Joselito iba a ser ocupado por el joven diestro valenciano, hasta que un año y medio después, en Madrid, un toro de la divisa ducal de Veragua, de nombre “Pocapena”, se cruzaba en su camino. Pero esa, es otra historia.


Manuel Granero recibiendo el doctorado de manos del Rafael El Gallo. 28-09-1920

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

En su época, no habría pasado lo que han hecho hoy en Sevilla, suspender la corrida, por unas gotas de agua...Pero las figuras, son de mantequilla...

22:51  

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