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09 noviembre 2008

Afición o fanatismo

Muchas veces nos preguntamos hasta donde llega nuestra pasión hacía algo, en este caso hacía el toreo. Una afición desmedida se puede convertir en fanatismo. Hay que saber distinguir entre una cosa u otra.
Los fanáticos no suelen darse cuenta de su pasión desmedida hacía algo u alguien. Es algo que lo creen como normal, y así lo hacen ver a los demás. Muchas veces este fanatismo se puede convertir en peligroso, incluso llegando a la obsesión.
Los amantes a la tauromaquia procuramos no convertir nuestra afición en un fanatismo, aunque no todo el mundo sabe distinguir una cosa de otra. Normalmente su pasión suele ser hacía cierto torero, del cual quieren saber absolutamente todo, desde sus gustos hasta por donde se mueven. Incluso muchos llegan a tal obsesión que el hecho de seguir a su torero se convierte en una persecución de acoso y derribo. Afortunadamente no hay muchos fanáticos. Lo siento realmente por los toreros que lo tienen que sufrir en sus propias carnes.