ir arriba

17 noviembre 2008

De maletillas a alumnos de escuelas:un siglo de diferencia

No está muy lejos en el tiempo la figura del maletilla, aquel que quería ser torero y abandonaba su casa con muy poco dinero para hacerse un hueco dentro del mundo taurino, su aprendizaje lo adquirían en las capeas. Hoy día no existen. Una figura dentro del mundo del toro era el maletilla, aquel chaval que quería ser torero y por no tener medios económicos se tenía que buscar la vida, yéndose de su casa con lo puesto. Grandes figuras del toreo se han forjado por los distintos puntos de la geografía, pasando unas penurias que al final se han visto compensadas con los triunfos que han ido obteniendo a lo largo de su carrera.
Esta mítica figura, que es el llamado maletilla, ha ido desapareción dando paso a las escuelas donde se han ido fraguando los toreros de hoy en día. En ella los chavales que quieren ser toreros tienen la ventaja de estar en sus casas con sus familias, incluso estudiando. No tienen que dormir a la intemperie, e incluso robar para comer. El mundo del toro ha evolucionado. Aunque muchos aseguran que las escuelas son una desventaja puesto que todos los alumnos que preparan salen con el mismo corte. No estoy de acuerdo con los que piensa de ese modo, puesto que los aprendices de torero tienen su propia personalidad y a lo aprendido le dan ese toque de misterio que encierra este bello arte.
Los alumnos de la escuela de Ciudad Real se han quedado huérfanos de clases, tendrán que ingeniarselas para seguir adquiriendo sabiduría taurina. Tal vez el retroceso es inminente, y tienen que volver a desempeñar el papel de los maletillas de antaño. Aunque si quieren aprender de los profesionales de Ciudad Real lo pueden hacer. En breve los subalternos de la tierra, en concreto Valentín Cuevas y Jesús Navas van a volver a entrenarse en la plaza de su tierra como lo han hecho siempre, salvo cuando estaba la actividad de la escuela que era muy distinto al estar la plaza ocupada por los jóvenes.

Aprender de los profesionales
La experiencia de estos profesionales puede ser fundamental en el aprendizaje de todos los alumnos que quieran retomar las clases. Como dijera el escrito italiano Arturo Graf: “Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno el gran deseo de aprender”. Ese deseo es el que imprimirán en sus lecciones tanto Valentín Cuevas como Jesús Navas. Y todo aquel profesional que se acerque a entrenar allí. Habrá veces que se puedan encontrar con Aníbal Ruiz, Félix Jesús Rodríguez y Luis Miguel Vázquez, que aprovechen su paso por Ciudad Real para prepararse con sus compañeros, cualquier momento es bueno para juntarse.
Lo que está claro es que cada joven debe luchar por sus contratos como se ha hecho siempre, puesto que estos profesionales van a darle esas lecciones que necesitan pero no pueden convertirse en sus apoderados buscándoles sitios donde torear, ya que ellos se deben a su profesión, y deben cumplir con sus compromisos.
Tal vez se pueda hablar de un proyecto con miras al futuro de estos jóvenes aprendices de torero, pero eso tan sólo lo dirá el tiempo. Y la disposición que tenga cada uno en adquirir las enseñanzas de quienes le ofrecen esa oportunidad única.
La actividad de la plaza de toros va a reanudarse, después de un corto letargo, en el que ha permanecido tranquila, sin que nadie invada su tranquilidad, donde el silencio ha sido la nota musical más escuchada, pronto saldrá de su monotonía y se escuchará la voz de la sabiduría transmitida a esos jóvenes que no quieren perder su ilusión.