ir arriba

11 enero 2009

“Afronto con ilusión la temporada porque he cuajado toros importantes”

Una temporada en el que el aval de Luis Miguel Vázquez ha sido la continuidad. Aunque han sido pocas las tardes que ha hecho el paseíllo han tenido como epílogo el éxito del torero. En la mayoría de las plazas se ha proclamado el triunfador de la feria. Por ello lo que ha sembrado lo tiene que recoger en 2009.

Cuando uno está seguro de lo que hace las recompensas son mayores, por ello va siendo hora de que Luis Miguel Vázquez despegue, que salga fuera de las fronteras de La Mancha y consiga los éxitos que le pueden llevar a ocupar el sitio más alto del escalafón, puesto que su toreo es lo que está reclamando en estos momentos. Es un toreo en el que se conjuga el valor con el arte. Ese que interpretan los grandes toreros con sentimiento. Un toreo de pellizco que llega hasta a los más agnósticos, puesto que cuando la pureza se refleja en el ruedo es difícil resistirse a la más bella expresión del arte. Y eso es lo que hace Luis Miguel Vázquez cada tarde que se enfunda el vestido de torear. Así lo expresa en la sección “De seda y oro”.

—Pregunta obligada, ¿cómo se ve al finalizar la temporada 2008?
—Bueno me ha pasado un poco lo que todas las temporadas, que cuando mejor me encuentro delante de la cara de los animales se acaba la temporada. Es un fastidio, pero esto es así.
—¿Con qué adjetivo definiría cada tarde?
—Más que con un adjetivo lo definiría con un sustantivo; entrega, porque ha sido lo que ha predominado durante la pasada temporada. Tenía las cosas un poco cuesta arriba, pero al final a base de entrega se ha allanado el camino. Y ojalá que esta temporada pueda recoger los frutos de los éxitos de la pasada.
—¿Tiene alguna espinita clavada del 2008?
—Sí, la primera corrida, me quedó la espina, aparte de que no embistió, de ese toro que se partió el pitón, de no haber podido hacer un papel distinto en el certamen de Puerta Grande, que sino hubiera sido decisivo pero sí determinante para esta temporada.
—Esa fue la polémica, ¿por qué ese toro no se cambio? Ya que dentro del certamen hubo otro toro al que le pasó más o menos lo mismo, y sin embargo si salió el sobrero.
—El reglamento dice teóricamente que no se debe cambiar, pero bueno. Los presidentes deben ser flexibles y usar el reglamento en beneficio de la fiesta. Creo que esa actitud a mí me perjudicó, pero sobre todo perjudicó a la Fiesta porque dieron una imagen por televisión muy denigrante de lo que es este espectáculo.
—Esperaba más de la temporada pasada, ya que en un principio se hablaron de veinticinco tardes.
—Sí. Tenía la ilusión de haber toreado algo más, la verdad es que estoy satisfecho, porque sé que mi apoderado ha trabajado muy bien. Y luego, todas las tardes que he toreado, ha procurado que fueran corridas buenas y en carteles buenos. En la mayoría de ellas ha sido así. La verdad es que estoy satisfecho, si bien, me hubiera gustado haber toreado más.
—¿En su conjunto como calificaría la actuación de su apoderado y la suya?
—La de mi apoderado muy buena. La verdad es que estoy muy contento, porque a principio de temporada nos marcamos unos objetivos, que si bien no se han podido llegar a cumplir al 100%, pero no me cabe la menor duda, que él ha trabajado, respetando un poco mi criterio, el que le expuse a principio de temporada, y ha trabajado muchísimo.
Con mi temporada casi también. No me gusta utilizar la palabra satisfecho, porque da la sensación de conformismo, que en ningún caso lo es, pero sí es cierto lo que te he dicho antes, que tenía un poco las cosas cuesta arriba y he tenido la suerte de poder triunfar en muchos sitios. Y por lo tanto estoy contento, no satisfecho. Contento sería la palabra.
—Según sus palabras podemos intuir que seguirá con Luis Palomeque la próxima temporada.
—Sí porque cuando las cosas funcionan, no hay motivo para cambiarlas.
—¿Se piensa en ir a Madrid, ya que el pasado año no era el propicio para pisar ese coso?
—La verdad que la temporada del 2007 se había toreado muy poco. Quizás ni estaba preparado ni mentalizado para un compromiso tan fuerte. Esta temporada sí que voy con la moral muy alta, y creo que debe de ser el año. Es uno de los objetivos claves del 2009.
—¿Cómo se prepara la mente para una tarde tan importante, es diferente al resto?
—Sí, porque es una tarde decisiva. Madrid siempre es determinante, para bien o para mal. La verdad, es que siempre que he ido, pues he procurado mantenerme un poco al margen. Salir a disfrutar como si fuera una tarde más, pero es muy complicado, no he llegado nunca a dominar la mente hasta ese punto. Ojalá que si puedo comparecer lo antes posible en Madrid que vaya con esa mentalidad, de tratar de salir a disfrutar y hacer las cosas bien.
—¿Cuál cree que sería el secreto para triunfar cada tarde cuando se hace el paseíllo?
—El toro muchas veces es determinante, pero casi más que el toro para triunfar, es la actitud que lleve cada uno. Si llevas una actitud positiva y de triunfador, con ganas de triunfar, llevas un 50% ganado. Y te podría poner un ejemplo. Un torero que ha marcado la diferencia este año, como es Perera, que sí puede ser que le embistan muchos toros, pero en cortarle las orejas a casi todos algo tendrá que ver el torero.
—¿Qué tarde es la que más ha disfrutado?
—He disfrutado muchas, pero para mí la de Ciudad Real fue una tarde muy bonita. Tenía presión. Pasó un poco lo que hablábamos antes de Madrid, que aparte, aunque tenía presión y necesitaba un triunfo, me mantuve un poco al margen. Me dediqué a tratar de disfrutar y de sentir el toreo como yo lo siento. Hubo momentos que lo logré, entonces salí muy contento ese día.
—Ese día y en su conjunto la mayoría de los días que ha toreado, su toreo de capa ha sido muy cantado por la prensa.
—La verdad es que sí. Siempre he sido un torero que toreaba bien con el capote. Lo que pasa, que esto, como dos y dos no son cuatro. En esto del toreo hay veces que los toreros pasamos rachas. La verdad es que he atravesado rachas de todo tipo. Este año he pasado una racha mala con la espada. Cuando consiga conjugar todas las suertes y estar en racha en todas, que ojalá sea este año, que por fin despegue y me sitúe en nuestro sitio en el escalafón.
—Haciendo un poco de autocrítica, ¿qué tiene que mejorar?
—Pues muchas cosas. El otro día lo hablaba con un compañero y le decía que muchas veces cuando veo los videos me enfado muchísimo, cuando veo que en un momento que la gente está caliente, hay un enganchón o un desarme, pues mi objetivo es ese, tratar de hacer faenas redondas, y tratar de que la faenas vayan a más. Ese es mi objetivo. Muchas veces, la misma necesidad te hace que exprimas un toro demasiado, y no guardes las ocho u diez arrancadas necesarias, para tener un final de faena bonito. Y al final, me suele pasar que los finales de faena me quedan muy cortos o no me quedan bien.
—Porque se ha entregado antes.
—Sí, y porque he querido de alguna forma abusar de las embestidas del toro, por pegarle muletazos buenos y hasta que el toro no ha embestido más. Siempre hay que saber dosificarse. Y tratar de hacer una faena compacta, que sea como una trama de teatro con su presentación, nudo y desenlace.
—Muchos toreros dicen que cuando se entregan demasiado en la faena de muleta, que en la suerte suprema no pueden, que pierden las fuerzas porque se han vaciado antes, ¿le ha pasado a usted alguna vez?
—De perder la fuerza no, lo que sí me ha pasado muchas veces es que cuando recoges la espada tienes la sensación de que ya ha terminado eso. Que has hecho tu obra. Muchas veces le pido a mi cuadrilla que me lleve la espada donde esté situado en el ruedo. Porque así no dejo de meterme en la faena. Porque sí vas a por la espada, aparte de que pierdes un tiempo, la mente a veces se te va a otro sitio. Y te queda la sensación de que ya has terminado. Que ya has hecho la obra, y las faenas hay que rematarlas.
—Vamos en una palabra, rubricarlas.
—Rubricarlas, esa es la palabra.
—La madurez y la ilusión son un grado positivo en los toreros, estos elementos están dentro de su filosofía.
—Pues sí. Creo que además se me nota. La ilusión siempre la he tenido. Lo de la madurez se me va notando. Con el paso de los años defino a los toros antes, y sobre todo que sé resolver situaciones, no todas porque, claro soy un torero que torea poco, llevo toreadas cuarenta corridas. En cuatro años, cuarenta corridas es poco. Poco a poco voy cogiendo madurez, pero la ilusión es clave. Si es cierto que hay veces que uno está más bajo de moral porque pasas igual una racha que no te embisten o que no lo ves claro, y estás un poco más bajo de moral. Pero en el momento que te embiste un toro y lo cuajas, todo cambia. Afronto la próxima temporada con mucha ilusión, por eso, porque he cuajado toros importantes, y espero poder hacerlo en plazas de mayor repercusión.
—¿La cuadrilla es fundamental?
—Sí. Al final aunque yo sea el protagonista, todos formamos un equipo, y es clave llevar a tu lado gente, que sea de tu agrado y luego que sean buenos profesionales.
—En la temporada 2008 se les ha visito a todos muy compenetrados, ¿van a seguir en la próxima?
—Pues sí. Es igual que lo del apoderado. Si las cosas funcionan, es una estupidez cambiarlas.
—¿Quién diría que ha sido la persona clave en su carrera en todos estos años?
—Pues no sé si clave, pero determinante sí que ha sido mi padre. Que ha estado siempre a mi lado. Es duro que en los momentos que no te van las cosas bien, te ves un poco solo y abandonado, al final siempre está él. En los momentos buenos cuando ya hay mucha gente alrededor, él se mantiene al margen. Y creo que determinante siempre ha sido él. Bueno mi padre y mi familia en general, pero mi padre que me ha acompañado casi siempre, diría que ha sido un pilar fundamental.
—Este año un dato positivo ha sido que su apoderado lo ha acompañado en todas sus tardes, ese hecho le ha servido para no sentirse tan sólo en el callejón, como le ha pasado en las dos últimas temporadas.
—Sobre todo la temporada 2007, porque verse uno hacer el paseíllo y estar solo, no sólo pero denota que las personas que están dirigiendo tu carrera no tienen mucha fe en ti, o tienen algún tipo de interés. La verdad que te molesta. Este año no ha ocurrido y espero que siga así.
—Si mira al futuro, ¿qué ve?
—Pues me veo en todas las ferias, es lo que tengo ilusión de llegar a conseguir. Ojalá que pueda conseguirlo algún día.
—¿Qué cree que le falta para dar el salto a plazas importantes?
—Eso me lo he preguntado muchas veces, llevo años triunfando por mi tierra y me cuesta mucho abrir fronteras, quizás sea necesario un triunfo en una plaza como Madrid.
—¿Dónde reside el arte de Luis Miguel Vázquez?
—Pienso que es algo innato. Pienso en hacer las cosas con gusto. Y cuando me sale, pues me sale bien. Igual que cuando pego un “pingui” se me nota más que, a lo mejor que otro tipo de toreros, que lo hacen con más disimulo. Procuro hacer todo muy entregado y se me notan más los defectos y las virtudes.
—¿Y el valor?
—El valor hay que llevarlo siempre. Es saber afrontar el miedo y saber afrontar los retos a pesar de las dificultades que puedas tener en un momento determinado, con un toro o en la vida. Echarle valor a cualquier otro aspecto que se te presenten.
—Y por último, ¿cómo se plantea el invierno?
—Pues pensaba planteármelo tranquilo, porque tenía un dinerillo ahorrado, pero después de todo, lo voy a pasar más agobiado. Seguir preparándome y preparar la temporada con ilusión, mucho campo. De hecho estoy entrenando para afrontar la temporada con mucha ilusión.