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02 marzo 2009

“Paco me va a aportar serenidad y mentalidad”

Tal vez el nombre de Alejandro Parralo no diga nada en La Mancha, ya que este joven novillero no ha toreado por aquí, pero sí el nombre de Paco Alcalde. Parralo es el nuevo poderdante del de Alamillo. De nuevo el maestro Alcalde vuelve a estar ilusionado con los toros, y vuelve de apoderado.

La vida está llena de casualidades, hace años Paco Alcalde estuvo a las órdenes de Alejandro Parralo en una novillada en Cuenca, quién les iba a decir a ambos que terminarián como apoderado y poderdante. El primer objetivo que se han marcado ambos es entrar en el certamen Puerta Grande, de momento objetivo conseguido. El próximo será quedar triunfadores. Será el próximo 15 de marzo cuando se vista por primera vez de luces en la temporada 2009. Muchos proyectos en juego y, lo más importante, compromisos en plazas importantes.

—El aficionado de Ciudad Real desconoce quién es Alejandro Parralo, preséntese.
—A los siete años veía a mi hermano torear. Fue a los nueve años cuando empecé a torear. Ingresé en la escuela de la Princesa en Alcorcón, donde iban Iván García, César Jiménez, David Mora. Allí toreábamos todos los fines de semana vacas. Con nueve años me dijeron que si quería salir. Yo como loco por torear. Estuve muy bien, muy a gusto delante de la vaca. A partir de ahí me fui a entrenar. Con 12 ó 13 años me trasladé a la escuela de Madrid. Con 14 años maté el primer becerro. Después fui a Vistalegre, corté una oreja el primer año. Luego toreé las becerradas de la escuela. Sin caballos volví a ir a Vistalegre, Arlés. El primer año toreé 20 novilladas sin caballo. El tercero, 30 novilladas, al siguiente 28 novilladas. Sin caballos me dieron muchas oportunidades, Francia, Arlés, San Martín de Burgues, Coria. En España toreé todo el Valle del Tieta. Luego me fui al bolsín de Ciudad Rodrigo. En el de Coria quedé triunfador. Después debuté con caballos en el año 2005, corté tres orejas. Mi debut muy bien. Con muchas ganas y toreando. Ese año toreé 17 sin caballos y 4 con caballos, puesto que se te pone cuesta arriba el torear con caballos. Al año siguiente 21. Después bajó un poco a 18. Al siguiente año, 27, que fue el 2007. Me cogió Antonio Pérez. Fui a México, Sevilla, San Lúcar... muy bien. Luego ese año la meta era importante, quedarme triunfador casi todos los días. Llega un momento, como en Sevilla, que se me puso de cara el aire, todo, fue un cúmulo de cosas que, por muy preparado que estuviese, no supe afrontar bien. El año pasado toreé 12 novilladas, estuve muy a gusto y la gente también. Indulté un toro de Antonio San Román el año anterior, en Villanueva del Pardillo. Mi carrera siempre ha sido una de cal y otra de arena. Poquito a poco me voy abriendo camino, aunque el rodaje nunca se tiene. Ahora con Paco estoy muy contento, porque los fallos que pueda tener, de si toreas bien le cortas las orejas, pero falta algo. Yo no he tenido nadie al lado para que te diga, “haz esto”. Entrenaba solo. Nunca ha habido una persona encima que me diga lo que debes hacer. Y ahora con Paco voy a tener a esa persona. Es lo que me faltaba para poder tirar para adelante.
—Su afición, como ha dicho, comenzó fijándose en su hermano, o ¿Hay más antecedentes en su familia?
—Mi padre fue novillero, mi hermano también. Vengo de familia taurina.
—¿Cuál es su fuerte, el capote o la muleta?
—La muleta. El capote me cuesta coger el aire. No es que sea difícil, el toreo a la verónica es precioso si lo sabes hacer, disfrutas mucho con el capote. Hay que hacerlo. Ha habido veces que he toreado muy a gusto con el capote, pero me cuesta un poco más. En cuanto cojo la muleta me siento más a gusto.
—¿Con la mano derecha o con la izquierda?
—Con la izquierda. Cuando me pegó la cornada, me la dio con la derecha, y me costó volverme a aconstumbrar a torear con la derecha. Ese tiempo me vino bien para cogerle el aire con la izquierda.
—Sabemos que ahora su apoderado es Paco Alcalde, ¿cómo lo conoció?
—A Paco lo conocí hace tiempo, es un maestro. También de verlo torear. En concreto lo conocí en una novillada de Cuenca a la que vino conmigo de banderillero por casualidades de la vida. De novillero sin caballos, me comía todo lo que fuese. Paco diciendo que si estaba loco, que no le dejasen al chaval ese salir porque lo iba a matar un toro. Luego coincidí con él un día, y le dije que por qué no venía a verme, la última que toreaba yo era en El Pardillo, y allí fue. Empezamos a hablar, me dijo que a ver si me echaba una mano. Y gracias a aquel día está a mi lado. Yo muy agradecido porque lo veo con muchas ganas y muy ilusionado conmigo. Tener a un maestro así a tu lado se agradece, porque hay muchos toreros, que esté contigo un maestro figurate lo que significa.
—¿Vuestro contrato ha sido el simple apretón de manos o hay papeles de por medio?
—Un apretón de manos. Eso se está perdiendo hoy día. A mí, mi padre me ha enseñado, desde muy pequeño, el trato, que una palabra no se la lleve el aire. Si tu das la mano tienes que ir a por ello. Eso es peor que una firma. Tú con la mano para adelante, creo. Paco me está demostrando que es una persona de palabra.
—¿Cómo se presenta la temporada? ¿Qué proyectos hay?
—Eso le estaba comentando ahora a Paco, que estoy deseando torear ya. Una vaca o lo que sea.
—¿Cuándo fue la última vez que hizo el paseíllo?
—El 19 de octubre, y no he vuelto a ponerme delante de una vaca ni nada, sólo estoy entrenando. Estoy deseando ya, porque me está corrigiendo los fallos. Lo puedo hacer bien entrenando pero delante de la cara del animal es distinto.
—Uno de los objetivos para el 2009 era entrar en el certamen Puerta Grande, al final está dentro del grupo de novilleros invitados, ¿Cómo va a afrontar su paso por el concurso de novilladas?
—Vamos a afrontarlo con muchas ganas. Y tirando para adelante. Queremos ser los triunfadores para que nos sirva de cara a la temporada.
—De momento hay algo pensado para tomar la alternativa.
—Si sale todo rodado es muy probable. Lo que no quiero es tomar la alternativa para quedarme parado. O torear en mi pueblo una o dos corridas al año y quedarme parado. Para eso prefiero seguir como novillero y coger más oficio.
—Aún tiene por delante un futuro prometedor, pero está claro que todos los toreros sueñan con realizar una gran faena, ¿cómo sería la suya?
—Tengo muchas faenas en la cabeza, sober todo en Madrid y Sevilla, que las tengo pendientes. Pero no puedo ir con una faena pensada porque luego sale el toro y qué haces. La faena perfecta para mí es desde que sale un toro, que la gente disfrute viéndome a mí disfrutar y que cantén los olés. Cuando indulté un novillo, esa fue una faena perfecta. En realidad, la faena perfecta ya la veréis y ojalá que haya muchas.
—Torero de arte o de valor, también se pueden conjugar las dos cosas.
—Ahora con Paco me está haciendo más de arte, aunque te diría que ni de valor ni de arte, quiero ser torero. Tengo el espejo en Enrique Ponce, Joselito, Perera.
—Me está nombrando tres toreros con cortes diferentes.
—Sí, pero con quien más me identifico es con Perera. El toreo que tiene Perera no es de arte, pero tampoco de valor. A mí antes cuando me preguntaban esto les decía que me consideraba torero de duende, pero es que duende es de todo un poco. Una mezcla que creo que a la gente le gusta.
—¿Qué le va a aportar Paco Alcalde a su carrera?
—Sobre todo serenidad, mentalidad. Y en definitiva madurar como torero.
—¿Cuántos años tiene ahora?
—Veintidós. Con los años que llevo, sobre todo cuando sales de una faena, los encaramientos, todo eso más despacio, y todo más maduro. Sabiendo que eres torero y no vendiéndolo tanto y nervioso. Eso tiene que ser vendiéndote tú, el producto. Más saboreando lo que has hecho y que la gente diga, acaba de hacer esto y como si nada. Aparte de eso, mas la acción de perfección. Paco me puede aportar a mí de todo.
—Hablemos de la asignatura pendiente de todos los toreros, la espada, ¿cómo está la suya, sigue en asignatura pendiente o lo tiene aprobada?
—Ha habido temporadas que los he cazado, de decir es que no pincho ni uno. Aunque también hay otras en las que empiezas a pinchar y eres el más malo del mundo. Ahora Paco me está enseñando, porque él ha sido un buen matador de toros, como entrar a matar, y yo me estoy tirando muy bien a matar. Sobre todo cuando te tiras a matar al toro lo debes hacerlo a gusto. Creo que este año va a ser bueno para la espada porque estamos entrenando mucho.
—¿Un deseo para finalizar?
—Ser figura del toreo. Que salga todo bien y que pueda compensar a Paco como se merece. Compensando a Paco como realmente creo que se merece, me compensaré yo.