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05 junio 2009

Excelente novillada de Martín Carrasco

El pasado sábado se celebró una novillada sin picadores en Veredas. Dicho festejo estaba organizado por el empresario Antonio Alegre, el cual lo realizó sin ningún tipo de subvenciones.

Después de seis años sin hacer el paseíllo ni volver a vestirse de luces, Víctor Ignacio reapareció en Veredas, en esta ocasión lo hacía de corto. Dos orejas fue el resultado artístico de su actuación.
Abría cartel por veteranía, aunque los nervios los llevaba por dentro, en el ruedo no se le notaron puesto que estuvo firme con el ejemplar que le correspondió de Martín Carrasco, el de más nobleza de todo el festejo. Así lo supo ver el respetable que ocupaba la mitad del aforo de la plaza portátil de Veredas, puesto que lo aplaudieron en el arrastre.
Saludó a la verónica al primero de la tarde rematando con media. Entró al quite Gutiérrez Mora, al cual volvió a replicar Víctor Ignacio.
Hubo brindis muy especial, ya que se trataba del novillo de su reaparación, y muchos de sus amigos lo habían animado para que diera este paso importante en su carrera. Comenzó con la mano diestra probando al novillo. La faena la basó por ambos pitones, el novillo tenía mucho que torear y supo aprovecharlo, en algunos momentos pecó de torear a media altura. También se dejó ver con lo cual provocó que el de Martín Carrasco le levantara una pierna pero enseguida enmendó su error.
Se le vio muy firme y disfrutando de lo que todas las embestidas que le ofrecía el animal. Con la espada falló en el primer intento, pero la segunda vez que entró a matar consiguió dejar una estocada caída que le produció derrame. No hizo falta de la puntilla.
El respetable pidió con fuerza las orejas a lo cual la presidencia accedió. Sus dos primeros apéndices en esta nueva andadura que comienza, cargada de ilusiones y nuevos proyectos.

Hasta la puerta de toriles se dirigió Gutiérrez Mora para recibir a su enemigo. Con el capote en la cadera para realizarle una especie de farol lo saludó. Dos largas cambiadas para continuar a la verónica, algunas de ellas de buena calidad. Hubo quite por parte de su compañero “El Parri”, con el que compartió el tercio de banderillas.
Con la muleta comenzó en el pitón derecho llevando al animal. Tardó un poco en entender las cualidades del novillo, que no eran las mismas que las de su hermano de camada, pero cuando se le hicieron las cosas bien el eral metió la cara. Consiguió algunas tandas buenas. Mató de media con la que el novillo rodó sin puntilla.
Tan sólo una oreja paseó por el albero y la decepción y el coraje de los toreros de no haber cortado las mismas que su compañero de cartel.

Muy buenas maneras las de Javier Pérez “El Parri” con el capote. Ya lo demostró en el quite que realizó al segundo de la tarde, y volvió a lancear con suavidad a su ejemplar, con mucho gusto, sobre todo por el pitón derecho. De muy buen sabor fueron la media y la revolera que pusieron fin al su saludo capotero.
Nuevo quite, en esta ocasión le correspondía a Emilio Bresó, que también dejó constancia de su capote.
El Parri ofreció banderillas a Gutiérrez Mora devolviéndole el ofrecimiento del novillo anterior, tres fueron los pares que pusieron, alguno con más acierto que otro.
Brindis al empresario y tras ello el comienzo de faena, muy pausado con un toreo serio de novillero que quiere seguir el camino del éxito. Realizó la faena El Parri por ambos pitones, ayudando en todo momento al de Martín Carrasco, sin brusquedades, dándole las querencias donde lo pedía. Haciendo las cosas bien.
Mató de estocada caída y una oreja que al novillero le supo a muy poco después de la faena que había realizado. Fiel reflejo de ello fue su rostro, donde se veía la disconformidad con el trofeo otrogado.

Hacia los medios se encaminó Emilio Bresó para recibir al último de la tarde, al que dio varias verónicas y una media de remate.
Se volvió a repetir el quite con el compañero de turno y en esta ocasión hubo réplica de Bresó, puesto que el banderillero al que le tocaba entrar a clavar las banderillas, Jesús Navas, se tuvo que retirar para dejar que Emilio Bresó hiciera la réplica.
Novillo de excelentes cualidades el que le tocó en suerte, y del que supo aprovechar cada embestida, donde lo llevó embebido en la muleta y pasándoselo muy cerquita. Mucho temple y firmeza fueran las claves de su faena, compaginada con el empaque.
Pinchó en el primer intento para dejare una estocada en todo lo alto que le sirvió para cortar los dos apéndices de su enemigo.
Dejó muy buen sabor de boca entre los aficionados, los cuales comentaron a la salida del festejo que tiene grandes cualidades para poder funcionar y llegar lejos, aunque aún le quedan muchas cosas que pulir. Está claro que aún tiene mucho que aprender pero poco a poco irá consiguiendo sus objetivos. La experiencia es un grado y cuanto más festejos se toreen más se pueden ir perfeccionando los defectos. Como cualquiera de sus compañero, soñará con ir subiendo escalones poco a poco hasta alcanzar el escalafón superior, donde algún día se convertirá en un matador de toros, como sus compañeros, con los que volverá a compartir cartel e ilusiones.

Gracias a varias empresas y a la venta de papeletas para una rifa se pudieron sufragar los gastos de la novillada sin caballos de la Estación de Veredas.

Dos orejas para Víctor Ignacio y Emilio Bresó y tan sólo una para Gutiérrez Mora y El Parri, ante un ganado noble y colaborador.