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11 junio 2009

Maximino Pérez se perfila para gestionar la Plaza de la capital

Aunque el plazo de presentación de ofertas sigue vigente, la alternativa del empresario, que actualmente gestiona el coso conquense, es la mejor colocada.

El empresario Maximino Pérez, responsable de Maxitoro, se perfila como el mejor colocado para optar a la explotación de la Plaza de Toros de Ciudad Real durante la Feria de agosto.
La empresa ya ha mantenido distintas conversaciones con el Ayuntamiento y entre hoy y mañana presentará la correspondiente oferta, que se prevé difícil de igualar y que la convertirá, con mucha probabilidad, en la próxima adjudicataria de la Plaza.
La temporada taurina de la capital constará de dos corridas de toros, con figuras de primer nivel, y una de rejones. La tradicional corrida de la Beneficencia no se celebrará este año.
Maxitoro goza de buenos informes en Ciudad Real y de ella se valora, desde el Ayuntamiento, que haya sido capaz de conformar una Feria taurina de primer nivel en Cuenca, cuando hace unos años la capital conquense tenía una Feria muy parecida a la actual de Ciudad Real.
La empresa se ajusta mucho al perfil que venía buscando el Consistorio, una empresa de solvencia con una trayectoria de plazas de categoría.
El pasado lunes la Junta de Gobierno Local de Ayuntamiento capitalino aprobó el pliego de condiciones administrativas técnicas para la contratación, mediante procedimiento negociado, de los servicios de organización de la Feria taurina de Ciudad Real. A lo largo de esta semana pueden presentar las ofertas, y entre el lunes y el martes se resolverá el procedimiento de contratación.
En otro orden de cosas, indicar que la cesión permanente de la Plaza de Toros al Ayuntamiento se continúa negociando con la Diputación provincial. Desde el Consistorio se piensa que esta infraestructura, dadas sus características, requiere una serie de inversiones y por ello ha pedido a la institución provincial que sea sensible en este tema para que la cesión vaya acompañada de los recursos económicos suficientes.

Por José Manuel F. Almazán