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07 agosto 2009

¡Qué resbalón!

Desde la temporada pasada no había vuelto a coger la pluma para colaborar en este medio en sus páginas taurinas. La verdad es que somos asiduos lectores de El Día, especialmente los jueves, con el suplemento taurino que tan magníficamente dirige y coordina nuestra apreciada Raquel Montero. Retomamos esta saludable práctica contribuyendo con mucho gusto en todo aquello que signifique la promoción del fascinante mundo de los toros.
Hay un hecho en esta temporada que cautiva especialmente mi atención. Me refiero a la feria taurina de Ciudad Real, nuestra capital, que al tener nueva empresa gestora parece iniciar una etapa distinta con el deseo predominante de impulsar el ciclo taurino de la feria de agosto y a ser posible enderezar una feria muy controvertida en las últimas temporadas. Cuando se contrataban figuras, los toros que casi siempre llegaban a nuestros corrales no eran dignos de nuestra plaza, de segunda categoría, ni de los propios espadas que a veces se sentían avergonzados en el ruedo con el juego de sus oponentes. Y cuando se han contratado hierros menos comerciales, tampoco se ha acertado en la elección, salvo excepciones. Bienvenido sea Maximino Pérez y Maxitoro con sus avanzadas ideas. Confiamos en la eficacia demostrada en plazas de similar categoría a la nuestra a las que ha hecho resurgir cual ave Fénix de sus propias cenizas.
Pero hete aquí que a las primeras de cambio se anuncian los carteles y descubrimos con estupor que en ellos no figura Luis Miguel Vázquez, torero de la tierra y triunfador absoluto en las dos últimas temporadas. Nos restregamos los ojos y volvimos a releer la composición de los mismos. Pues no, no está. Permítame Sr, Pérez, que le exprese mi decepción. ¡Qué resbalón! ¿Acaso no ha pulsado la opinión taurina de la zona? ¿Pero cómo no ha leído las últimas declaraciones de nuestra alcaldesa en la entrega de trofeos de la temporada anterior? Los buenos carteles que usted ha confeccionado para esta feria han quedado sin la guinda que culminaba el pastel. Los aficionados de la provincia solemos coincidir allá donde torea Vázquez por aquello de buscar y encontrar casi siempre algo diferente. Este manchego es un torero que a los aficionados casi nunca nos ha fallado. Las expectativas que se intuían en el estilo de Luis Miguel se han ido cumpliendo poco a poco, y nunca mejor dicho lo de poco a poco porque el torero de Daimiel no ha gozado nunca de una continuidad mínima. Estoy convencido de que si este torero hilvanara 25 corridas en una misma temporada, su situación en el escalafón causaría preocupación a más de uno de los de arriba. ¿Qué pintan determinadas figuras del papel couché en una feria en la que exigimos toros y toreros? Además, hemos de promocionar lo nuestro, ayudando en los momentos puntuales, y éste de la feria de Ciudad Real es muy importante para quien está necesitado de triunfos sonados en plazas emblemáticas en su carrera, para que estos éxitos le vayan allanando el difícil camino de ser alguien en ésto. Sr. Pérez, permítame decirle que este “matiz vazqueño” le ha sobrepasado, tal vez por falta de información. No quiero pensar que las cosas en el mundo del toro se rijan por conductos distintos a los del resto de la sociedad, porque si así fuera, apaga y vámonos. ¿Quién soy yo para emitir un juicio de valor en estos términos? Pues alguien que está en contacto con la familia taurina de nuestra provincia, por mi afición, por mi trabajo… sencillamente, uno del pueblo.

Por Uno del pueblo