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10 septiembre 2009

Duende y majestuosidad por parte de Vázquez en el coso daimieleño

Luis Miguel Vázquez demostró un año más que en su pueblo no le regalan los trofeos, que sale a ganárselos y así lo hizo este año, jugándosela recibiendo a su primero a porta gayola.

Único festejo de la feria de Daimiel, que mantuvo su identidad con la corrida torista, en esta ocasión del hierro de Ana Romero. Otro cantar, y más complicado aún, fue el hecho de que Luis Miguel Vázquez entrará, por derecho propio, en el cartel de su tierra. Costó pero al final allí estuvo el daimieleño haciendo el paseíllo junto a El Juli y El Cid. Y para más inri dando la cara en todo momento. Con tan sólo tres corridas toreadas estuvo por encima de sus compañeros, demostrando una vez más que Daimiel tiene un torero de gran calidad, aunque haya quien no lo quiera ver.
Luis Miguel Vázquez demostró que no estaba en el cartel por casualidad, y aún así se lo tuvo que hacer entender a los aficionados yéndose a porta gayola a recibir al tercero de la tarde. El toro a su salida no vio al matador, que lo estaba esperando rodilla en tierra en el tercio. Cuando lo vio se fue a él para que Vázquez le diera una larga cambiada y continuara con un fajo de verónicas de las que hacen historia, rematadas con una media. Un buen prólogo para la obra que se iba a escribir a continuación, en las que el temple y la firmeza fueron las claves. Un comienzo de faena intenso, que secundaron los muletazos por ambos pitones, destacando la mano baja y la ligazón. Remates con el pase de pecho de pitón a rabo, rubricando la obra con una estocada. Obra llena de plasticidad.
En el que cerraba plaza, un toro con poca transmisión, tuvo que poner de nuevo la carne en el asador. Con cadenciosas verónicas saludó al ejemplar de Ana Romero. Con la muleta tandas por ambos pitones a cámara lenta, cuando el toro obedecía a la muleta de Vázquez. Mató de estocada.
En este ejemplar se desmonteró Félix Jesús Rodríguez tras clavar dos magníficos pares de banderillas.
Abría plaza Julián López, El Juli, que recibió a su primero estirándose a la verónica. En el tercio de banderillas el toro presentó dificultades que para el último tercio se solventaron. Buen pitón izquierdo donde El Juli dejó naturales de un buen nivel. Con la derecha al burel le costaba mucho más pasar. Mató de estocada casi entera que produce la muerte del burel enseguida.
En el cuarto, de nuevo Julián López volvió a mostrar su toreo y porqué está arriba mandando. Con el capote realizó un saludo a la verónica muy bellos. De nuevo volvió a imponerse el toreo al natural que brilló sobre el resto de la faena. Mató de estocada. El presidente concedió una oreja. El público pidió la segunda, pero el presidente no accedió, lo que conllevó la bronca por parte del respetable.
El Cid recibió al segundo de la tarde con algunas muy notables verónicas. En el tercio de banderillas destacó Alcalareño, que se tuvo que desmonterar debido a la ovación del público asistente.
En el último tercio Manuel Jesús tuvo que torear a media altura debido a la condición del de Ana Romero. Aún así cabe resaltar la estética con la que componía la figura y citaba al burel. Lo más destacado de su faena fueron los naturales que le dio muy despacio y con mucho temple. Mató de bajonazo.
Al quinto de la tarde, lo saludó con verónicas de manos bajas.
Con la muleta compuso una faena muy compacta por ambos pitones, destacando las tandas dadas por el pitón izquierdo donde la muleta barría la arena del albero. Se encontraba a gusto El Cid y al ver que este astado le respondía le bajó la mano.
En esta ocasión mató de estocada casi entera.
El presidente supo darle categoría a su plaza y conceder tan solo los trofeos que se merecieron los toreros, ni uno más ni uno menos. Aunque el público se le echó encima cuando le negó la segunda oreja a El Juli, supo aguantar y realizar sus funciones correctamente. Se nota que es un gran aficionado y que sabe cuál es la misión que tiene en el palco, donde será siempre criticado, haga lo que haga.

Ficha del festejo
Ganadería:
se lidiaron seis astados de Ana Romero, nobles bien presentados pero sin transmisión.
El Juli:
dos orejas y oreja
El Cid:
oreja y dos orejas
Luis Miguel Vázquez:
dos orejas y oreja
cuadrillas:
Se desmonteró Alcalareño en el segundo y Félix Jesús Rodríguez en el que cerraba plaza.
Aforo:
Algo más de media plaza en tarde muy calurosa