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24 septiembre 2009

Las muñecas del arte abren la puerta grande

Tanto Curro Díaz como Luis Miguel Vázquez derrocharon arte en el coso de Torralba por ello el respetable premió sus actuaciones con dos orejas. Sin embargo Luis Bolívar se tuvo que conformara con una oreja.

tarde interesante la que programó Paco Barba en Torralba de Calatrava, sobre todo para los aficionados que disfrutan con el toreo de arte. En esta ocasión se daban cita dos de los mejores intérpretes de la tauromaquia con sello personal y artístico: Curro Díaz y Luis Miguel Vázquez. Completaba el cartel Luis Bolívar que entró por la puerta de la sustitución, ya que Miguel Tendero estaba cogido.
Abría cartel el diestro de Linares, Curro Díaz, que no pudo expresarse en el saludo capotero, ya que el toro de Alcurrucén salió muy parado sin fijarse en el percal del matador. En el último tercio Díaz dejó retazos de arte, ya que la condición de su enemigo no era muy boyante. La faena la basó por el pitón derecho, puesto que por el izquierdo no podía ligar los muletazos, tan sólo de uno en uno tomaba la muleta el burel. Mató de estocada y recibió la primera oreja de la tarde.
La mejor versión de Curro Díaz llegaría en el cuarto toro, y con ello el susto en el tendido, al entregarse tanto en la faena. De nuevo quedó inédito en el toreo de capa. Pero el duende resurgió con la muleta arrancando los olés más profundos del tendido. Cuando estaba en su máxima expresión de lo que es torear por ambos pitones y con un estilo muy personal, al salir de un remate, el de Alcurrucén levantó del suelo por detrás al diestro de Linares, se pensó en lo peor, pero afortunadamente no fue nada. Tomó aire y volvió a la cara del cornúpeta para terminar su faena y dejar una estocada en todo lo alto. El respetable pidió el segundo trofeo, a lo que el presidente se negó y al final recibió una monumental bronca.
Dicen que Luis Miguel Vázquez se llevó el mejor lote. Es posible. A su primero intentó saludarlo a la verónica, tan sólo un par de ellas pudo hacerlas con lucimiento. El resto quedaron desdibujadas en el albero. La faena al segundo astado de la tarde la basó por el pitón derecho, donde le bajó muy bien la mano y estuvo muy asentado delante de la cara del burel. Muletazos largos y profundos en cada tanda. Por el pitón izquierdo algunos de una gran calidad. Mató de estocada arriba.
Uno de los refranes más populares, habla de que “no hay quinto malo”. En un principio este ejemplar salió avanto, sin centrarse en ninguno de los dos primeros tercios, ni en el capote, ni en el caballo de picar, ni en banderillas. Se barruntaba lo peor, que no iba a servir. Todos cambiaron de opinión cuando vieron como el diestro daimieleño lo metía en el canasto. Comenzó doblándose con él, sometiéndolo, para imponer quien llevaba el mando en esta unión. Vázquez lo templó, lo llevó largo, muy relajado, toreando con ese sentimiento que brota de su interior, sin importa lo que esté sucediendo a su alrededor, tan sólo importaba el de Hermanos Lozano y él. Y así lo cuajó. Lástima que la espada no cayera en el lugar correcto para rubricar esa obra tan bonita que había dibujado en el ruedo. Y peor aún el uso del descabello en tres ocasiones. Eso le privó de que los trofeos hubieran sido mayores.
No tuvo mucha suerte Luis Bolívar con el tercero de la tarde, ni con el capote ni con la muleta pudo torear a este morlaco. Tampoco tuvo fortuna con la espada. Media estocada, volviendo a entrar a matar y dejando otra estocada. Y un descabello fue el epílogo de su actuación en este ejemplar.
Con el sexto Bolívar dejó algunas verónicas rematando con revolera. Al dejar al toro en el caballo tropezó y quedó a merced del astado, que gracias a Dios no se empleó a fondo. Mató de estocada y el público lo premió con una oreja.

Ficha del festejpo
Ganadería: Se lidiaron cuatro ejemplares de Alcurrucén (1º, 4º, 5º y 6º) y dos de Hermanos Lozano (2º y 3º), bien presentados y de juego desigual.
Curro Díaz: oreja y oreja con petición de la segunda
Luis Miguel Vázquez: oreja y oreja con fuerte petición
Luis Bolíva: que sustituía a Miguel Tendero, silencio tras aviso y oreja
Aforo: La plaza registró media entrada en tarde apacible.