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08 octubre 2009

Buen toreo de Gutiérrez Mora y Emilio Bresó en Almadenejos

No hubo festival ni novillada sin caballos este año en Almadenejos, tan sólo una suelta de redes en la que participaron distintos alumnos de varias escuelas. Al tratarse de una suelta de reses no se podían matar los animales en la plaza por los novilleros ni tampoco se podía banderillear, es lo estipulado según la ley. Y así se hizo durante todo el festejo.
Abrió cartel Gallo Chico, que dejó muy buena impresión ante los aficionados de Almadenejos. Al igual que lo hiciera su compañero Luis Francisco en el segundo novillo del festejo. Ambos cortaron dos apéndices que se los entregaron en reconocimiento a su labor en toda la faena.

Interesante avance
El interés de muchos de los allí presentes llegó en el tercer novillo de Javier Gallego, puesto que frente a él tenía un novillero conocido por esos lares, como es Gutiérrez Mora. Los que lo han visto torear a lo largo de la presente temporada coinciden en la gran evolución de este joven. Muy asentado estuvo durante la lidia de su ejemplar, mandando en todo momento sobre el de Javier Gallego. No escatimó esfuerzos, e incluso simuló la suerte de entrar a matar, por ello lo premiaron con dos orejas y rabo.
Expectación ante el venezolano César Valencia fue la que creó el mismo al realizar un quite por chicuelinas en el novillo de su compañero. Aún así con el suyo no puedo hacer mucho, fue el más flojito de todo el encierro. El respetable aún así lo premió con dos orejas.

regalos al paisano
Antes de que se lidiara el sobrero, que le correspondió a Emilio Bresó, las peñas de Almadenejos le obsequiaron con varios regalos. La representante de las peñas leyó un pequeño texto en el que reflejaba lo que sus paisanos siente por él, recordándole que: “Sé siempre humilde y no olvides nunca tus raíces”. Finalizando su discurso con: “El silencio de una plaza siempre va a estar arropado por el latido de cientos de corazones que velan por ti y las ovaciones que recibas serán un inmenso orgullo para todos”.
Con este apoyo incondicional Emilio Bresó no podía defraudar, y volvió a mostrar su versión más auténtica y profunda. Un torero de arte con un valor infinito. Hasta los toriles se fue a recibir a portagayola a su enemigo y a partir de ahí el toreo estático surgió en el albero de almadenejos. Fue premiaron con los máximos trofeos.