01 octubre 2009

A un tris de la tragedia como hace 25 años en Pozoblanco

La tarde estuvo marcada por la tragedia, al ser prendido Luis Miguel Vázquez por el quinto astado, recibiendo una cornada de dos trayectorias con orificio de entrada y salida. Tanto Aníbal Ruiz como Raúl Velasco salieron a pie.

Era la primera vez en muchos años que el coso de Herencia albergaba una corrida de toros. Fue hace tres años cuando se volvieron a dar festejos taurinos. Y el año pasado cuando se creara el callejón de la plaza, pero una corrida de toros en sí, no se había celebrado. Coincidió la fecha con un día muy señalado en el calendario taurino, concretamente el 25 aniversario de la muerte de Paquirri, por ello se guardó un minuto de silencio tras finalizar el paseíllo.
Abría plaza el diestro alcazareño, Aníbal Ruiz, el cual poco pudo hacer con el capote en los primeros compases. Fue un poco más adelante cuando dio algunas verónicas asentadas y una revolera. Quitó a la verónica rematando con otra bella revolera. La faena no fue de gran impacto, debido a las condiciones del astado, que cuando le bajaba la mano caía. El trasteo más limpio llegó por el pitón izquierdo, ya que por el derecho le dificultaba la labor y tan sólo consentía tomar la muleta de Aníbal de uno en uno. Tres pinchazos y un bajonazo fue el resultado a la hora de ejecutar la suerte suprema.
Con el cuarto, tampoco hubo lucimiento en el capote. Buen par de Valentín Cuevas a este ejemplar. Apoyado en el estribo comenzó Ruiz la faena, sometiéndolo por bajo. Buen toreo por el pitón derecho, ya que por el izquierdo en esta ocasión era peor el animal. Aun así para darle más importancia a la faena y que así lo viera el público, que se congregaba en el coso, tuvo que tirar del valor que le caracteriza y hacer el desplante del puente. En esta ocasión sí mató a la primera de una estocada, para cortar los máximos trofeos.

la cogida
Luis Miguel Vázquez afrontaba la que en teoría iba a ser la última corrida de la temporada, y por ende así ha sido, ya que el quinto toro lo dispuso para que Vázquez pase unos días de descanso en el hospital. Un descanso que el diestro no hubiera deseado de esta manera. La cogida le sobrevino cuando estaba rematando un pase. El burel se quedó debajo tras el pase de pecho y el torero demasiado quieto. Después el astado le dio en el codo al matador, haciendo que perdiera el equilibrio enganchándolo cuando caía al suelo y atravesándole el muslo, propinándole una cornada con orificio de entrada y de salida. Fue un minuto el que permaneció prendido al pitón, porque no había forma de sacarlo debido a lo engatillado de la cornamenta. Minuto que se le haría eterno a Luis Miguel Vázquez. Tras el grave percance nadie recordaba lo que hasta el momento había realizado en el albero, la cual fue una faena de gran profundidad. El director de lidia, en esta ocasión Aníbal Ruiz tuvo que hacerse cargo de la muerte de este astado, que le costó entrar a matar. Haciéndolo con precaución al saber que el pitón derecho podía volver a hacer presa.
Al segundo de la tarde, Luis Miguel Vázquez, lo recibió a la verónica, sin llegar a ser las verónicas de sentimiento que Vázquez suele dar y que el aficionado le brota el olé más profundo, el burel no estaba para eso. Quitó por verónicas. Comenzó doblándose con él para poco a poco imponer su mando. Con la derecha lo llevó largo, con mucha profundidad los muletazos. Al natural no pudo brillar tanto, ya que se tuvo que ayudar del estoque para alargar el muletazo. El mal uso de los aceros le privó de algún que otro trofeo, ya que dejó media estocada y entró a descabellar en cuatro ocasiones.


la revelación
Si tuvieran que otorgar algún trofeo al mejor toreo de capa, ése sin duda sería para Raúl Velasco, por su buena actuación en sus dos ejemplares en Herencia.
Recibió al tercero de la tarde con verónicas con el compás abierto, rematando con una media de buen gusto.Quitó por gaoneras. Sin embargo con la muleta le faltó un poco para que su faena fuera rotunda. Le faltó cogerle el ritmo a este ejemplar, realizando una faena intermitente, donde los comienzos fueron mejores que el final. Mató de dos pinchazos y estocada contraria. Cortando dos orejas.
En el que cerraba plaza, y tras media hora de descanso, debido a que la plaza contaba tan sólo con una UVI Móvil y tuvieron que esperara que dejara a Vázquez en el Hospital y regresara la plaza, volvió a dar un recital de buen toreo de capa. Lo recibió con un fajo de verónicas rematando con una bella media. De nuevo el percal de Velasco volvió a resurgir al llevar al astado hasta el caballo galleando por chicuelinas rematando con una tijerina. Para probarlo quitó por verónicas de buen son. En esta ocasión se vio otra dimensión de torero. Realizó una faena mucho más compacta, llegando a calar en los tendidos. Mató de estocada contraria y tendida, más tres descabellos. Otorgando la presidencia los máximos trofeos.
Los dos toreros se fueron de la plaza a pie por respeto al compañero herido.

Ficha del festejo
Ganadería:
Se lidiaron tres ejemplares de Alcurrucén y tres de Lozano Hermanos, bien presentados y de juego desigual
Aníbal Ruiz:
Silencio, dos orejas y rabo y silencio en el que mató por Vázquez
Luis Miguel Vázquez:
palmas en el único que mató
Raúl Velasco:
cuatro orejas y un rabo
Aforo:
La plaza registró casi lleno en tarde de viento. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Paquirri, al conmemorarse los 25 años de su trágicas muerte.

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