07 enero 2010

La magia del toreo alterna con la sensibilidad en Llanomojao

Mañana de emociones en Llanomojao, unas más agradables que otras. Por ejemplo: bajada de tensión del presidente de la peña y revelación de un aficionado como futura promesa del toreo.

Un milagro surgió el pasado 2 de enero en Llanomojao. O tal vez ese milagro viniera concedido por alguien con ese nombre que ahora ocupa un palco especial en el cielo. Y es que el sol lucía en lo alto para permitir que en la finca se practicara el toreo. Después del temporal que arreciaba en toda España, parecía casi imposible que la fiesta que la peña taurina de Alamillo se pudiera llevar a cabo. Aunque siempre hay un rayo de esperanza en el que creer.
Aunque antes de que comenzara a practicarse el toreo en el albero hubo un pequeño susto. Regino los Santos, el presidente de la peña, sufrió una bajada de tensión y tuvo que ser atendido por los servicios médicos de la localidad. Una pequeña “cornada” que no le impidió contemplar el toreo y dar su opinión desde el palco de la placita de toros de Llanomojao.
Aunque no se trataba de un festival o de una corrida de toros, propiamente dicha, se respetó la antigüedad de los toreros, como viene siendo habitual. Abría cartel Aníbal Ruiz, que hacía un par de años que no pisaba ese albero y donde tiene seguidores afines a su toreo. Dejó muestras de la madurez que atesora dejando una trincherilla marca de la casa para paladares exquisitos.
Carnicerito de Úbeda volvió a mostrar su elegancia a la hora de coger capote y muleta. Con hondura y profundidad toreó a la buena becerra de Expósito. Al igual que lo hizo David Mora, con esa calidad que ha cosechado durante la temporada, aunque este torero siempre ha contado con esa calidad, pero la continuidad a la hora de torear se hace más visible.
Para cerrar el cartel, el anfitrión de la fiesta, Félix Jesús Rodríguez, que no tuvo la dicha que le saliera la mejor de las becerras, aún así solventó la papeleta como sólo sabe hacerlo este hombre de plata.
La revelación de la mañana fue un aficionado veterano que causó una gran impresión en los asistente. Lucio Mozo lleva varios años cogiendo la muleta, pero con el sentimiento que le ha puesto este año pocas veces, no porque él no citara a las vacas con la misma pasión, simplemente por la calidad de las de este año, que han dejado que el toreo fluya con un arte especial.
Aparte de los aficionados y de los toreros profesionales brillaron con intensidad dos jóvenes promesas manchegas como son Diego Gutiérrez Mora y Emilio Bresó, las últimas embestidas de las eralas de la ganadería de Expósito.

degustación
Tras el sabor a toreo del “güeno” que se disfrutó en la placita de tientas se pasó a degustar los manjares de la tierra, para finalmente completar la jornada con la entrega del trofeo de taurino del año que en esta ocasión quedaba en casa, ya que al finalizar el año se eligió a Félix Rodríguez, más conocido como El Mayoral, como taurino del año, por ser un gran aficionado. Momento de máxima emotividad al conceder el galardón por los recuerdos del año pasado, que no eran otros que los evocados por la figura de Milagros, su esposa, que con orgullo posaba a su lado cuando lo nombraron taurino del año.
No terminó la emotividad en el tramo que El Mayoral sino que su hijo le cogió el testigo, ya que los componentes de la peña le hicieron entrega de un regalo sorpresa para él.
Félix Jesús Rodríguez no se imaginaba que su peña le iba a hacer entrega de su primer vestido de torear, aquel que le compró a El Capea, un azul marino y oro que en el año 96 regaló a la peña Vasilea de Suiza. Conseguir el vestido costó mucho, pero al final lo consiguieron, y ahora lo mostrará en una vitrina en su casa.
La jornada campera continuo con una fiesta de flamenco, ya que los componentes del grupo Tomás y Fran tras dejar la muleta cogieron el micro para con sus voces cautivar a los presentes.
Momento mágico fue cuando Fran se arrancó cantando mientras David Mora estaba toreando, se hizo un silencio sepulcral para escuchar esa voz flamenca junto a los cites del torero.
Y como no podía ser de otra manera, el taurino del año del 2010 es Lucio Mozo, que recibirá su premio en la fiesta de diciembre de este año. Así lo ha decidido la junta directiva de la peña.

A Félix Rodríguez, El Mayoral

Aromas de pura estepa
trae su porte cortijero.
Sabed que antes de poeta
era mi amigo minero.
Por mayoral le tienen
aves, perros y terneros,
que en Llanomojao beben
de su mano amor campero.
Y taxista fue también,
y antes quiso ser torero.
Por derecho y por revés,
cabal fruto alamillero.
Un niño grande parece
Félix Rodríguez . ¡Qué tierno!,
Su verso humilde enaltece
y hace grande lo pequeño.
Ante gente tan honesta;
sea el taxista, sea el minero,
sea el poeta, sea el torero;
reverencias manifiesta
a este hombre mi sombrero.

Miguel Ángel Ballesteros

No hay comentarios:

Publicar un comentario